La vida musical de la catedral de Pamplona

 

                   Aurelio Sagaseta Aríztegui, maestro de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, acaba de publicar, en la colección Música en la Catedral de Pamplona, el número 7, titulado La vida musical de la Catedral de Pamplona en el siglo XX. Los últimos Beneficiados, en formato de cuaderno, sencillo y elegante a la vez, de 112 páginas. Nueve breves capítulos sobre estructura jurídica de la Capilla de Música; actividad musical y maestros de capilla; organistas y órganos; anecdotario de músicos eclesiásticos de la Capilla;; músicos seglares; componentes de la Capilla de Música desde el último tercio del siglo XX; giras artísticas de la Capilla de Música; enajenación del patrimonio capitular y desubicación del coro central; publicaciones de la Capilla de Música; tres apéndices y cuatro notas a cuatro transcripciones musicales, dos del mismo autor de la publicación.

Todos los capítulos tienen un específico interés, sobre todo siendo tan grande nuestra ignorancia sobre esta preciosa historia. En los tres apéndices nos enteramos de las publicaciones de la Capilla, discos compactos y grabaciones accesibles en la Red. El capítulo sobre las enajenaciones nos guarda una crítica sincera a una gatada que desconocíamos y que merece la natural censura. El anecdotario de músicos eclesiásticos me parece particularmente delicioso, habiendo conocido a varios de los aqui tratados con gentileza delicada y comedida. Entre las Giras de la Capilla leo con nostalgia la memoria de las visitas a las catedrales europeas de Bruselas, Luxemburgo y Estraburgo, que tuve el honor de preparar en el lejano 1994.

Una buena antología de fotos en blanco y negro y en color ilumina y embellece el cuaderno. El conjunto de trabajo tan costoso como eficaz nos lleva a la conclusión objetiva, y sin que aqui se haga blasón de ello, del esplendor sin parigual de la actual Capilla de la Catedral de Pamplona, que es resultado principal de una entera y larga vida del actual maestro, Aurelio Sagaseta, dedicada de lleno a la misma, y  ¡aún está el sol en las bardas!  Pero al mismo tiempo se nos expone aqui la densa y meritoria historia reciente de la misma, su mejor ejecutoria, sin la cual tampoco podríamos entenderla. Lo que nos produce, como dirían los clásicos, un buen verde: un gustazo, un gran placer.