Creer en el hombre es más difícil que creer en Dios. Porque creeer en el hombre es creer con frecuencia contra todo lo qe se está viendo. Y creer en el hombre es creer a Dios en el hombre, en el hombre con Dios, o en el hombre semejante a Dios.
Muchas veces las celebraciones por todo lo alto suelen terminar con celebraciones por todo lo bajo.
Escribe el filósofo y novelista francés Pascual Bruckner que cada edad tiene sus bellezas y la vejez las recapitula todas. Escribe también que es la edad de la gratitud. Que es casi decir lo mismo: agradecerlo todo, maravillarse con todo.