En su libro ¿Dios? En el ágora del siglo XXI, el sacerdote jienense Juan Jesús Cañete Olmedo afirma que todos somos ateos y a la vez creyentes de alguna divinidad, pero no todos tenemos fe, porque la fe nace de la experiencia de un encuentro, lo que solo puede ocurrir con un Dios personal. Para él, tanto la fe como la duda son inevitables para el que busca la verdad.
Según Cañete, la bulimia del materialismo occidental ha sucitado la anorexia del espíritu, y para muchos Dios se ha eclipsado dejando un vacío que pretende llenarse con otros dioses. Pero Dios sigue ahí, como huella, presencia elusiva, anhelo, búsqueda, verdad…
Eclipsadas las grandes cuestiones sobre el sentido, la vida, la muerte…, Dios ha dejado de ser creible para muchos, pero se piensa en cristiano más de lo que, en un primer momento, se es consciente.. Porque el ser religioso pertenece a la naturaleza del ser humano, y no podemos dejar de creer. Lo repimido siempre vuelve de mil maneras.
La verdadera religión cristiana, vivida en espíritu y verdad, siempre es liberadora y sanadora. El cristianismo del futuro, como presentía el gran teólogo Karl Rahner, se sustentará en una experiencia personal, irá a lo esencial y vivirá la autenticidad de modo comunitario.