El día en que vinieron los romanos
-el año cuatro antes de Cristo tras la muerte de Herodes-
a Galilea,
no solo hubo una fuga general,
sino que a sangre y fuego fue la pelea
desigual.
Y feliz si hubo mortal
que pudo escapar de la espada
imperial.
El día en que vinieron los romanos
-el año cuatro antes de Cristo tras la muerte de Herodes-
a Galilea,
no solo hubo una fuga general,
sino que a sangre y fuego fue la pelea
desigual.
Y feliz si hubo mortal
que pudo escapar de la espada
imperial.