Conocida es de todos es la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, y su persecución a la Iglesia católica, con el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en la cárcel, condenado a 26 años, quien no quiso ser desterrado a Estados Unidos y, ha sido después despojado de su nacionalidad nicaragüense.
Menos conocida es la la persecución en Venezuela. Nicolás Maduro es un poco más diplomático que su amigo Daniel Ortega, pero sus intenciones no son muy dispares. Cuatro años le ha costado dar el placet al cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, nombrado por el papa arzobispo de Caracas. Cuatro años en que solo ha podido ser administrador apostólico. La acogida que tuvo por parte de Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Unido de Venezuela y número dos del Régimen, como vicepresidente de la República, pasará a las antologías del Anticlericalismo. En su programa televisivo Con el mazo dando, y señalando la fotografía del cardenal, y jugando falazmente con las fechas, Diosdado se preguntó ante sus televidentes:
-¿Quién es este que está aquí? Porras. Por cierto, a él lo nombraron ahorita arzobispo de Caracas. Él está pasado de edad, porque, según ellos, son hasta los 75 años, pero este bicho tiene ya 78.
Añadió luego: -Yo no voté por él. ¿Hicieron elecciones para eso? ¿No hacen una elección? Deberían hacer una elección para ver si yo voto por él. ¿Arzobispo de Caracas, no? Eso sí, es verdad que no importa; esos duran 20, 30, 50 años, y ellos ahí. Pero luego les molesta que los demás se reelijan.
Tras una arenga contra la jerarquía católica, a la que llamó golpista y politiquera, mostró una fotografía de la Conferencia de obispos de Venezuela, con cuerpos de zamuros (aves carroñeras) y rostros de los prelados: -Con el zamuro mayor al frente, terminó diciendo, refiriéndose al cardenal.