Vi ayer en la plataforma Netflix la película de Itziar Bollain, Maixabel, y me encantó. Dejo atrás dudas, prejuicios y juicios mal informados o dislocados, y tengo la dicha de ponderar la verdad, la belleza y la justicia de esta obra de arte y lo que ella representa: la virtud y la ejemplaridad de Maixabel Lasa, esposa de Juajn María Jáuregi, víctima de ETA y de todas las personas que apoyaron su iniciativa.
Pocas veces -por ejemplo, en la novela aquí elogiada, Purgatorio– podemos admirar la necesidad humana y la fuerza de la conversión, la reconciliación y el perdón. Anterior al cristianismo, como podemos verlo en Séneca, es cierto que el cristianismo lo elevó a principio y precepto fundamental.
Excepcional me parece la actuación de Blanca Portillo y Luis Tosar. Me emocionó, me convenció, me entusiasmó.