Cuando veo la zafiedad y petulancia con la que el secretario de organización del PSN-PSOE responde, a lo jayán, al partido mayoritario en Navarra, recuerdo los primeros resultados del partido socialista que fundamos en junio de 1982 en nuestra Comunidad Foral. Aquel partido, con voluntad mayoritaria, socialdemócrata y navarrista, alcanzó en varias legislaturas el techo del 35% de los votos emitidos. Los casos de corrupción los hundieron hasta el suelo del 20%, y aún más bajo, del que no ha sabido salir. Tras 23 años de oposición por sus malas políticas, una nueva hornada de dirigentes, resignados más que militantes, encontró la posibilidad de tocar poder uniéndose con vínculo férreo a sus adversarios políticos. Un nuevo PSN-PSOE distinto sin duda de aquel, que con amplia base, y no solo suelo electoral, ganaba las elecciones.