El rey don Juan III de Portugal, que preside la plaza de la universidad de Coimbra
Soñó don Juan Tercero el largo sueño portugués:
ganar para su Imperio cristiano universal la India, la China y el imperio japonés.
Pero el jesuita Francisco de Javier, su embajador, fue mucho más allá de lo previsto:
soñó todo el Oriente y todo el mundo para el reino de Cristo.