Museo da Arte Antiga, Lisboa
Me fui sin otro quehacer
a la gran Lisboa, un día de calor,
para volver a ver el singular Apostolado
de Zurbarán,
en el Museo de Arte Antiga,
el mejor Museo de Portugal en esta época,
ampliamente renovado, enriquecido
con algunos de los mejores
pintores del mundo.
Hace ya muchos años que los llevo en la memoria
y en la capilla más íntima del alma
-nueve más San Pablo-:
grandes, varoniles, ásperos, hirsutos,
a la vez que místicos,
de pies enormes,
como llamados a recorrer el mundo.
Después de verlos, más reales que nunca,
no he podido ver más.
Todo el mundo sublime que yo iba buscando
estaba allí.
El arte, en algunas ocasiones,
colma y supera nuestras fuerzas,
nuestra mente y nuestros ojos,
y… no hay quien le resista.
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