¡Qué más quiere Puigdemont que ver a los ultras -esta vez, sí, ultras genuinos, más allá de cualquier democracia- tirando botellas a la policía nacional en Madrid, convertidos para él en la imagen de sus enemigos, de la España dictatorial y represora, la que se opone a la amnistía, al derecho de autodeterminación y al referéndum de independencia!
¡Y qué bien le viene al presidente en funciones, Pedro Sánchez, ver en ellos también la imagen de sus enemigos, a pesar de que tenga que ver al mismo tiempo el caos al que está llevando en España su política errática y ególatra, bolivariana y aventurera!