Ya no saben qué decir sobre el esperpento de la amnistía y los restantes esperpentos. Esperpento es aquello de lo que no se sabe qué decir.
Ahora viene Pedro Sánchez y se saca de la manga, donde tiene revueltos a González, Aznar y Zapatero, el intento (que no negociación) del segundo, en plena guerrilla etarra, por informarse de la voluntad de la banda, antes, incluso, de comenzar cualquier diálogo. La comparación entre lo que él ha hecho y está haciendo con aquella tentativa tendría algún sentido, si Aznar hubiera buscado a ETA, la hubiera blanqueado con indultos, exención del delito de sedición y hasta con una amnistía, y la hubiera hecho socio de su propia investidura y aun de su legislatura; para acabar dándole la llave de las futuras decisiones y… hasta del gobierno de España. Nada más lejos, ¿verdad?
No sé si la comparación con ETA le habrá hecho mucha gracia a Puigdemont. Pero supongo que todos ellos se pusieron hace tiempo el diccionario y los códigos de buena conducta por montera.