En cualquier trabajo que hagas, debes preguntarte en todo momento: Si Dios me mira, ¿qué ve? Entonces mira cómo respondes. Si te condenas, vete inmediatamente. Deja el trabajo que estabas haciendo y coge otro para estar seguro de alcanzar tu destino. Porque el viajero siempre tiene que estar listo para seguir su viaje. Cuando estés sentado haciendo un trabajo manual, cuando estés andando por el camino, cuando comas, pregúntate lo siguiente: Si Dios me llamara ahora, ¿qué pasaría? Mira cómo responde tu conciencia y apresúrate a hacer lo que dice.
Dichos de los padres y madres del desierto
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Que dediquen a Dios los trabajos que hacen, porque e trabajo humano que se dedica a Dios brillará en los cielos. (…) Porque Dios creó a los seres humanos y colocó a otras criaturas debajo de ellos de modo que pudiesen actuar sobre otras criaturas de tal manera que las buenas obras de Dios no se destruyan.
Hildegarda de Bingen. Libro de los méritos de la vida.
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Si hay que vender algún trabajo de los artesanos, que procuren no cometer fraude los responsables de la venta. (…) Al fijar los precios, que no se infiltre el vicio de la avaricia, sino que siempre lo vendan algo más barato de lo que pueden hacerlo los seglares. Así Dios será glorificado en todo.
Regla de San Benito