La «hybris» de Errejón

 

                              Vamos viendo, año tras año, cómo la Revolución devora a sus hijos, cómo los alguaciles de la moral política regeneradora que se levantaron atronadores el año 2014 para conquistas los cielos del poder en España, van siendo alguacilados uno tras otro, convertidos en casta, poco casta al parecer.

Pero el caso de Errejón, caso típico de hybris de sexo y poder al mismo tiempo, no raro en el mundo político, y público en general, llama la atención por el comunicado del autor que lo acompaña. El cofundador de PODEMOS y de MÁS MADRID, portavoz actual de SUMAR, explica su abandono de la política -forzado, según hemos sabido después- y, en un lenguaje  pretencioso, entre psicoanalítico y resignado, parece reconocer su mala conducta para con las mujeres, a la que parece que ha puesto remedio sometiéndose a una cura terapéutica. Nada de eso. No hay en esa seudojustificación un átomo de  contrición, de responsabilidad (de respuesta) personal, ni asomo de perdón a las personas perjudicadas, porque, como buen marxista-leninista-populista, está convencido de que su conducta neoliberal (no pecaminosa ni delictiva), en vez de machista,  se debe a la presión, al ambiente, al dominio del patriarcado capitalista, que contagia, contamina, apesta la vida de los políticos, condenados a escindir su vida personal de su máscara de personajes.

Lo que me evoca aquella afirmación de Pablo Iglesias Turrión, hace años, cuando aseveraba que la corrupción es cosa de la derecha, Al ponerle delante la corrupción durante los gobiernos de Felipe González, añadió tan fresco que, precisamente, fue así ¡porque y cuando Felipe se convirtió en hombre de derechas!