Termina el alto cargo del Gobierno de Navarra y militante del PSN-PSOE manifestando su convicción personal de que no va a tardar mucho la izquierda abertzale –¡qué nombre tan ideal, tan completo!– en dar ese paso de deslegitimar y rechazar la violencia de ETA.
¡Largo me lo fiáis! Pero, la verdad, es sorprendente que con una expectativa de futuro indeterminado se quiera justificar unos cuantos años de desvarío ideológico, moral, político y cultural. Si este mismo proceder lo aplicáramos a todas las políticas, sería este un mundo insufrible de inmoralidad y de ignominia.
La guinda la ponen sus últimas palabras, que contradicen en buena parte todo lo anterior: La izquierda abertzale –¡y dale!-, si algún día quiere ser una fuerza política absolutamente normalizada, no tiene mucho recorrido sin que haya dado ese paso.
Es decir que esa IA (autopiropo del movimiento heredero de ETA-BATASUNA) no es una fuerza política absolutamente normalizada, y no debiera tener mucho recorrido. Sin embargo, ¡el PSN-POE y el Gobierno de la Nación, con el apoyo del PSOE, están recorriendo con ella los vastos campos de la política española, como si fuera una fuerza política mas, qué digo, una fuerza política asociada preferente y hasta determinante!
Dicho todo esto, me pasma que alguien todavía todavía considere a EH BILDU y a todos sus predecesores meramente desde el punto de vista moral, desde el solo recuerdo del terrorismo. ¿Es que ETA-BATASUNA fue sólo una maquina de matar?
Se olvida de que el actual conjunto de SORTU + EH BILDU, más sus muchos brazos, son un movimiento nacionalista vasco separatista e independentista, que busca obsesivamente la integración de Navarra en Euskadi para después separarse de España. Ni su modelo de país, de sociedad, ni su modelo económico, político, educativo y cultural tiene mucho que ver con un partido socialdemócrata, navarro, español y europeo.
¿A eso llama alguien una fuerza política absolutamente normalizada, mate o deje de matar, condene o deje de condenar su reciente terror? ¿Eso es un movimiento o partido digno de ser socio gubernamental, preferente y a veces determinante de un partido constitucionalista español y europeo?
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En lugar de certezas
dadme esperanzas:
abandono amoroso,
firme confianza.