Resignación

 

   Ayer, visitamos tres amigos, un poco más jóvenes, a un cuarto, de 91 años, recién ingresado en una residencia, y de lo poco que pudimos entenderle, por su lengua trastabillada, fue su respuesta a nuestra pregunta-tipo de si estaba contento en su nueva casa:

Estoy… resignadoooo...

Me acordé de aquella sentencia del gran Stefan Zweig, en sus Momentos estelares de la humanidad :

 Alguien realmente sabio debe aprender que la verdadera dignidad de la vejez y de su vida es la resignación.

***

 

Antes que la muerte apague
la perilla de mi luz,
ponedme sobre los labios
el incendio de la cruz,.