Domingo IV de Adviento

Cántico de Isabel

(Luc 1.39-45)

María se puso en camino

y fue a toda prisa, tras el anuncio del ángel 

a un pueblo lo de Judá, subido a la sierra, 

donde vivía Zacarías y su esposa Isabel,

a quien Lucas hace pariente de María

por parte de madre.

Cuando Isabel oyó el saludo de su prima, 

el niño dio un salto de gozo en su vientre

(como Esaú y Jacob saltaron un día en el vientre de Rebeca 

anticipando su destino futuro), 

y llena del Espíritu Santo dijo a voz en grito:

Bendita eres entre las mujeres 

y bendito es el fruto de tu vientre.

Quién soy yo

para que venga a mí la madre de mi Señor? 

En cuanto tu saludo llegó a mi oído, 

la criatura saltó de alegria en mi vientre. 

Dichosa tu, que has creído

que se cumplirán las cosas que te dijo el señor. 

(Isabel reconoce a Jesús como Mesías 

Y a María como madre de Jesús.

Lucas hace así que Isabel y Juan Bautista 

rindan homenaje a María y a su hijo.

El salto de gozo de Juan

saluda la llegada de la era mesiánica.

Isabel se une al coro de mujeres bíblicas, 

Débora  y Ozías cantando a Jael y Judit, 

bendecidas de Dios

por librar a Israel de enemigos poderosos)