Sin Grecia no hay Europa

Gastad…, pagad…, cobrad…, bastardos,
que sin Grecia no hay Europa que valga.

Con o sin euros,
pura palabra  griega,
no hay Europa que valga,
porque el mito y la palabra
                           en Grecia se forjó.

Podremos ser tal vez
otra cosa distinta,
otra cosa mejor o peor, mas
sin los mitos de Hesíodo, sus diosas y sus dioses,
sin los versos de Homero,
sin las odas de Píndaro,
los siete sabios de Grecia y Pericles,
la historia de Tucídides,
sin los dramas de Esquilo, Sófocles y Eurípides,
sin el divino Sócrates,
sin los diálogos platónicos,
los libros aristotélicos,
los discursos de Demóstenes,
sin el griego de los cuatro Evangelios,
los padres apostólicos,
los ocho concilios ecuménicos…

no hay Europa que valga.

Acaso, como Píndaro escribió:
«Siempre que un dios envía un gozo al hombre,
primero le derriba el corazón en negra angustia».

Gastad…, pagad…, cobrad, bastardos,
que sin Grecia no hay Europa que valga.