Con ocasión del centenario del primer centro educativo para la formación de la mujer en España por san Pedro Poveda el año 1911 en Oviedo, la Fundación Castroverde, vinculada a la Institución Teresiana (fundada por Poveda) y a la Universidad de Oviedo, organizaron hace unas semanas en la capital asturiana el encuentro internacional Ciencia, humanismo y creencia en una sociedad plural, en el que colaboraron también otras instituciones universitarias y culturales españolas. Se trataba de promover un debate filosófico -muy presente en otros países y muy querido por el actual pontífice, que ha creado para ello el llamado Atrio de los gentiles-, debate que no ha termindo de cuajar en España, a pesar de iniciativas tan meritorias como las del Instituto Fe y Secularidad, de los jesuitas en Madrid, y otras de menor relieve. Un diálogo en armonía y paz entre personas que sustentan teorías diferentes y emplean los diferentes lenguajes de la ciencia y de la fe, dos modos de conocimiento y sentido de la vida, con fines diferentes, pero que pueden complementarse en la misma persona.- Mucho me temo que, estando tan dividida la Iglesia en España; estando tan dispersa, enfrentada, cuando no enmudecida, su intelectualidad, una iniciativa tan de parte tenga pocas posibilidades de pervivir y de influir en el resto de nuestra cristiandad, y no digamos sociedad. Pero, con todo, es otra buena iniciativa, que debiera conectarse con las ya existentes o a punto de existir, en orden a conseguir un acuerdo sobre algo más general y sustancioso, que abriera la posibildad de unos encuentros comunes y frecuentes para todo el ámbito español.