Una vez más, acaban de condenar judicialmente a Telecinco, la televisión berlusconiana. Esta vez por identificar fotográficamente como miembro de ETA a un inocente, en un informativo del 27 de abril de 2007. ¡Cinco años de calvario! Según el Tribunal Supremo, al que recurrió la cadena en última instancia, ésta no cumplió con el deber de ofrecer una información veraz. El vizcaíno diario oficioso del PNV, del que tomo la noticia, resume así la sentencia: Al no ser veraz la información por falta de rigor en el trabajo periodístico, no puede entenderse que la conducta del medio esté protegido por la especial consideración que la Constitución ofrece a la libertad de prensa, y, por tanto, no prevalece sobre el derecho al honor dañado, dice el Supremo. – ¡Podían tomar buena nota, comenzando por la cadena que encabeza ese diario, y continuando por muchos otros, incluyendo los periodistas que forman la Comisión de quejas de la FAPE, para que no sigan rindiendo culto idolátrico a la libertad de expresión, que para ellos es la diosa absoluta que reina inexorable sobre todos los derechos y deberes de los seres humanos!