El Congreso del PSOE, dos veces derrotado recientemente, acaba de elegir como nuevo secretario general al gran derrotado del PSOE. España sigue siendo diferente. No conozco el texto de la ponencia política aprobada ni otras, si las hay. No he visto ni oído que alguien se haya referido a ellas, a no ser que algunos lemas, principios o frases de las dos alocuciones de los candidatos hayan recogido su letra o su espíritu. Pero no he visto ni oído referencia alguna a la clase de oposición que el partido socialista piensa hacer en los los próximos cuatro años, ni siquiera qué entiende por oposición; ni taampoco qué entien de hoye l partido por público y privado y su mutua relación, si es que no es contraposición pura y dura, a la antigua usanza; y menos todavía he visto ni oído alguna idea o propuesta sobre el llamado Estado de las Autonomías, es decir sobre la España autonómica, si es que eso se quiere o se quiere otra cosa, como quiere y desea y ha aproabdo en su reciente Congreso el partido federado, pero partido autónomo PSC-PSC (PSOE), al que pertenece Carme Chacón Piqueras y al que tiene tanta devoción, al menos pública, el triunfador Alfredo Pérez Rubalcaba. Dicho todo esto, que me parece harto grave, me alegro mucho de que, aunque sea por unos pocos votos, haya sido elegido don Alfredo. Porque oyendo el discurso final de doña Carme, cifra y resumen, probablemente, de todos sus alocuciones anteriores, yo no la hubiera elegido, hipotéticamente, ni para concejal del ayuntamiento de Barcelona.