(Cantad al Señor un cántico nuevo)
Sobre el salmo 149
Concierto Köln y RIAS Kammerchor
Cantad al Señor un cántico nuevo,
tan nuevo que estoy cantándolo ahora mismo
-el himno nacional del pueblo de Israel-
con las violas, los violines y las flautas,
con el bajo continuo, el violoncelo,
el clavecín y el óboe,
que suenan en mi alma.
Porque Dios en su pueblo se complace.
Le alabo con la danza de mis cinco sentidos,
con la cítara de mi corta memoria
y el tamboril inquieto de mi pobre corazón.
Porque Dios es un padre amoroso
que a sus hijos regala y protege.
Lo vivo al escuchar embelesado
el motete BWV 225
de Jóhann Sebástian Bach,
músico divino,
que intuyó la música celeste.
No fue mayor la alegría que vivió
Friedrich August I de Sajonia,
el 12 de mayo de 1727,
celebrando su augusto cumpleaños.
Una irrefrenable gratitud.
Un total desprendimiento en el amor
absoluto.
No hay razones o miedos que me salgan al paso.
Todo es luz y armonioso sosiego,
que desciende del Dios que nos salva.
Aleluya, Aleluya, Aleluya.