Rusia, Palestina, Irak, Argelia…

    Si llegan buenas noticias de Rusia y Ucrania sobre el avance del difícil ecumenismo práctico entre católicos y ortodoxos, tras las visitas de los cardenales Kasper y Bertone, respectivamente, pésimas son las perspectivas de los católicos y otros creyentes en todo el Próximo Oriente. Es ya sabido que en esa zona, y no sólo en Palestina, la presencia de las comunidades cristianas es sólo testimonial: los cristianos son infiltrados occidentales para los islamistas, además de árabes camuflados para los judíos sionistas. El procurador de los caldeos iraquíes en Europa, Philip Najim, en declaraciones a Vida Nueva, no puede ser más contundente: Irak es un país de muerte: sin unidad nacional, sin un solo partido nacional, con un odio entre confesiones nunca conocido, además de todo lo que ya conocemos sobre la dictadura cruenta de Sadam Hussein, su derrocamiento por medio de una terrible y muy mal preparada invasión y sobre una guerra civil interminable. Además de cientos de miles de muertos, que tocan a todas las confesiones, el éxodo de los no islamistas es constante. Sólo 200.000 caldeos-católicos viven ya en Estados Unidos de América. Unos 100.000 en Europa, sobre todo en Suecia; 40.000 en Canadá; 35.000 en Oceanía, y miles y miles esperando destino en los países vecinos. Y, por si faltaba algo para el triste panorama religioso, que a los poderes internacionales apenas interesa, desde Argelia, donde las matanzas de los pocos cristianos que quedan se hicieron hace no mucho tristemente famosas, nos dicen que cada vez hay menos libertad para los cristianos: arrestos, multas, prisión por convertirse, o por tener ejemplares de la Biblia, o por llevar a cabo “actividades clandestinas“. La persecución es ahora sobre todo contra los protestantes, a quienes el ministro de Asuntos Religiosos -en un país con un 98% de musulmanes- considera “fuera de la ley” al querer constituir “una minoría para favorecer la injerencia extranjera en los asuntos interiores de Argelia”. Lo de siempre y… en el país más progresista y revolucionario de entre todos los árabes, según la  foto fija europea.- Ya sé que lamentar todo esto en una España obsesionada por las duras huelgas de estos días, por el congreso del PP, o por la eurocopa, es casi una provocación. Pero son situaciones muy anteriores a estas semanas, mucho más injustas, mucho más dramáticas, y de las que casi nadie se detiene  a informarse siquiera.