Esclavos de oro

Son días de traspasos, de compra y venta de futbolistas, como si de una feria del último verano se tratara. Veo hoy que un club español vende a un futbolista por 40 millones de euros y quiere comprar a otro por 60. Pero ¿dónde estamos? Estamos en España y en pocos sitios más. ¿Quién dijo crisis? ¿Quién dijo hambre en el mundo? Esclavos de oro, pero tan distintos de otros esclavos, que no tenían ni tienen dinero que despilfarrar. Y lo peor es que nadie reprocha, nadie levanta la voz, nadie protesta. Ni los parados, ni los que ganan poco, ni los sindicatos, ni los progresistas, ni los izquierdistas organizan una manifestación contra tales desmesuras, atropellos, escándalos e injusticias ccomo son esos trapasos, esas compraventas fabulosas que, se quiera o no, actúan como modelo y clave de una sociedad que ha perdido el oremus.