Este año, como los anteriores y, desgraciadamente, los próximos sucesivos: día no sólo de exaltar el trabajo y rememorar la conquista mundial de las ocho horas diarias, sino, especialmente en toda España, de pensar en crear trabajo, en buscar trabajo, en exigir trabajo, en repartir trabajo… Con los miles de millones de euros apropiados, retenidos, secuestrados, por unos pocos, apenas controlados y casi nunca denunciados y castigados, que los utilizan en negocios especulativos y financieros, al servicio de su interés particular. Y también, aunque en menor medida, con el dinero que, a la chita callando, banqueros, empresarios, sindicalistas, profesionales de todas clases, polìticos… y también gentes del común han detraído, y detraen de una manera u otra, del fisco general para sus propios intereses personales, familiares y grupales.- Día del trabajo, sí, y de la falta de trabajo igualmente.