Las torsiones de Richard Serra

El enorme escultor que es el artista norteamericano Richard Serra (San Francisco, 1938), con una producción extendida por todo el mundo, tiene una muy importante parte de la misma en la sala más amplia del Museo Guggenheim, de Bilbao, titulada La materia del tiempo. Cuando la vi por vez primera, de prisa y corriendo, sin mirar siquiera el folleto general ni el indicador de la sala, viví la experiencia simbólica de la exaltación o algo así del acero en el país de los Altos Hornos y de la zona minera y fabril que fue Vizcaya hasta hace bien poco tiempo. Del acero patinado, resistente a la corrosión y a la oxidación, en sus más variadas formas, amaestrado y dominado por el hombre, por el homo faber industrial. Sentí, incluso, el vértigo de su fuerza, de su envergadura, de su cerco y de su acoso, correteando entre sus curvas y sus laberintos, juego y aventura, encuentro con lo fascinante y lo terrible, amenaza y riesgo. Hoy, más sosegado y mejor enterado, y sin renunciar a esa vivencia personal, he recorrido la vasta muestra, como quiere el autor, como una experiencia del tiempo espaciado o del espacio temporal (no cronológico), entre las torsiones espirales y elípticas, cerradas y abiertas, abiertas y cerradas; la serpiente; los toros y las esferas, y el punto ciego, entrando y saliendo en/de lo interior y exterior, privado y público, experimentando el espacio y el tiempo comprimidos y expandidos entre las ingrávidas, y colosales a la vez, planchas de acero, diversamente oxidado, toda una gama de colores nacientes. Serra nos dice que se inspiró, para dar con la magia de las torsiones, en la iglesia de San Carlo Borromini, alle Quattro Fontane, de Roma, y aquí nos dejó uno de los mejores resultados de su rexlexión y de su arte. Quien haya vivido la experiencia religiosa (religadora con el/lo trascendente) en cualquier iglesia o catedral digna de la misma, entenderá mejor o vivirá de manera igual o parecida esa experiencia que sobrepasa el espacio y el tiempo y nos ayuda a superarlos, a trascenderlos.