Las Sierras de Urbasa (bosque de agua) y Andía (la grande) son sierras -mesetas calizas- , hermanas pero no gemelas, separadas por la falla de Zumbelz, que se alarga desde la ermita de San Adrián hasta las Peñas de Echávarri.
Pobladas desde tiempos protohistóricos, y un día montes realemgos, son hoy de aprovechamiento comunal para todos los navarros.
Sinclinal colgado entre los corredores del Arakil y el de las Améscoas, la sierra de Urbasa; y, entre Ergoyena, Altos de Goñi, Sierra de Sarbil y depresión de Estella, la de Andía, el agua de lluvia acidulada labró su arriesgada y violenta crestería septentrional y en muchas partes formó lapiaces, dolinas o torcas, uvalas, fosas, simas (Otxoportillo) y cañones (el río de Guembe, de Ondan, de Erbioz, o el Iranzu).
Los acuíferos de Urbasa vierten hacia el manadero del Urederra y las fuentes de Améscoa; los de Andía hacia los manantiales de Arteta, Riezu, Ibero, Echauri y hacia el río Arakil.
Mucho más arbolada y turística la de Urbasa, mucho menos la de Andía, ambas son pequeños paraísos pra ganaderos y pastores, montañeros y excursionistas.
El uso y abuso de los mismos hicieron que el Parlamento de Navarra declarase, un día no lejano, Parque natural el conjunto de las dos sierras hermanas, la verde y la gris, a fin de preservarlo y mejorarlo, haciendo posible su común disfrute.