Antes, la unidad en la variedad; después, la variedad en la unidad, resume don Modesto Lafuente en el Discurso preliminar a su famosa Historia general de España, distinguiendo los tiempos de la Monarquía absoluta borbónica de los tiempos de la Monarquía constitucional, continuados hoy, de manera mucho más intensa, en la España autonómica. Cuando España era sobre todo una, abundaban los panegiristas de la unidad. Después, abundaron y siguen abundando los panegiristas de la variedad, de tal manera que el valor diferencia es omnipresente y omnipotente, mientras el valor unidad o cohesión y sus derivados aparecen como antivalores, o, lo que es peor, no-valores. Lo que rompe el equilibrio necesario de cualquier existencia. Porque toda entidad es una y varia, desde el átomo al universo entero. Sin unidad (cohesión) y variedad (diferencia) no existe nada ni nadie. Y cualquier distorsión de las mismas es ignorancia o falsedad, y siempre anti-realidad.