Qué maravilla de hombre…

 

    Qué maravilla de hombre es Francisco. Me ha gustado mucho. Fue el primer mensaje que recibí ayer noche, tras la emisión por la 4TV de la entrevista hecha por el periodista judío sefardí Timerman al papa actual. A mí también me pareció una maravilla: en la presentación, en el contenido, en la dicción, en la alegría del coloquio por parte de los dos… La sencillez y donosura en el relato de su elección pontificia y de sus primeras medidas pastorales;  la descripción del origen y desarrollo del acto superecuménico, que no político, con judíos, musulmanes y ortodoxoos en los jardines vaticanos, del que escribí hace unos pocos días; la vivencia de las raíces judías del cristianismo; la necesidad del encuentro personal del papa con la gente (papa-móvil); la condena de la riqueza en la Iglesia (apacentar y apacentarse) y del terrorismo en nombre de Dios; la crítica severa de una economía mundial deshumanizada, que va dejando en el camino ancianos, niños y jóvenes; la aguda visión de la independencia por secesión; las bromas sobre el Mundial de fútbol… No sobró una palabrra. No hubo una pizca de «dogmatismo» ni de frivolidad. Todo fue profundo, sencillo y actual. Una maravilla.