Múltiple puente del agua y del aire.
Peine perenne de piedra del viento.
Lira de piedra.
Rudo romance de la piedra y del agua.
Cabalgata de la piedray y del arte.
Fiel acueducto de los días y los siglos.
Viejo acordeón del tiempo y del espacio.
Lo imaginaron, lo diseñaron, lo ejecutaron don Ventura Rodríguez, don Santos Ángel de Ochandátegui, otros maestros de obras y muchos obreros manuales, entre los años 1780 y 1790, para traer agua potable a Pamplona desde el cercano nacedero de Subiza. Sólo en 1898 manaron las fuentes públicas de la ciudad, diseñadas, diez años antes, por don Luis Paret y Alcázar.
Hace muchos años que no trae agua el acueducto de Noain.
Pero nos ha dejado, para admiración y alegría de todos, el múltiple puente del agua y del aire, peine perenne de piedra del viento.