Adoración de los pastores, de Murillo

(Museo de Bellas Artes de Sevilla)

Los pastores de Belén,
los últimos de la tierra,
buscan la luz del Portal,
oscuros de noche y penas.
La luz los identifica,
les trae una vida nueva,
y los convierte en sujetos
de una consciente existencia.
En la luz central del Niño
la Virgen Madre se espeja,
símbolo de humanidad
a la que ella representa.
Semioscuro, San José,
a la luz también se acerca.
Dos ángeles juguetones
añaden luz a la escena.
Es la luz, es la alegria,
que a todo el mundo penetra,
la luz de la novedad
que el universo renueva.