Músico, guitarrista desde lo 8 años, discípulo de Manolo Sanlúcar y de Paco de Lucía; embajador del flamenco en el mundo, lo mismo en Tokio que en Londres, ante auditorios multitudinarios, sin nadie que le haga sombra; Medalla de Oro de las Bellas Artes y dos Grammy Latinos,.. Vicente Amigo fue uno de los invitados españoles por el papa Francisco a la Capilla Sixtina.
–Me impactó su bondad hablándonos y su sencillez. Creo que esto nos impactó a todos los presentes. (…) Para mí ha sido un regalo del cielo. Supone un reconocimiento que no sé si merezco, del que sé que mi padre, que falleció hace unos años tan orgulloso y feliz como lo está mi madre. Ella lo demostró cuando se lo hice saber. Mis padres siempre han sido de mucha fe.
Amigo considera muy positivo este encuentro en Roma y se siente muy identificado con todo lo que el papa expresó en su discurso;
–El arte siempre estará al servicio de la humanidad. El arte es regalo de Dios. (…) El flamenco y cualquier forma de expresión en el arte es hondura interior. Yo creo que sigo dedicándome a la música, porque me acerca a lo que entiendo por ser buena persona. Me hace rebuscar dentro de mí con la esperanza de ofrecer algo precioso a quien me escuche y así abrazar ese corazón. Eso tiene que ver con la buena voluntad, que es algo maravilloso.
Cuando le preguntan en VN por la relación entre las palabras, la música y los hechos; por la de los acordes de su guitarra con las canciones y discursos de otros artistas, Vicente Amigo asevera que las palabras y la música son ya los mismos hechos: Es la palabra y el hecho, es el hecho y la palabra. Y es también el silencio.
-¿Sabrá Dios tocar la guitarra? ¿Qué palo del flamenco le gustará más?, le preguntan para concluir la entrevista. Y nuestro artista, invitado a la Capilla Sixtina, responde:
–Dios para mí es el bien. No sé si el Bien tocará la guitarra, pero, si la toca, la toca bien, seguro.