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Domingo VII de Pascua

 

Conclusión del Evangelio de Mateo

( Mt 28, 16-20)

 

Los once discípulos volvieron a Galilea,
al monte que Jesús les había predicho.
Algunos de ellos le adoraron
y algunos llegaron a dudar.
Mateo no habla de ascensión a los cielos,
y calla sobre el Espíritu.

Jesús resucitado
ejerce la soberanía universal de Dios:
Me ha sido dado todo el poder
en el cielo y en la tierra.
Y encarga a sus discípulos
hacer discípulos
como misión fundamental.
Como él,
habrán de llevar una vida marginal y altruista:
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes…

El bautismo ha sustituido a la circuncisión.
El mandato misionero incluye el bautismo:
bautizándolos en en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,
(En el nombre significa compañía, pertenencia y protección)
y enseñándoles a guardar
todo lo que yo os he enseñado.

No es una despedida.
Jesús resucitado promete su presencia,
activa, constante y salvadora,
entre todos sus futuros misioneros:
Y he aquí que estoy con vosotros,
todos los días,
hasta el fin del mundo.

El Dios de Eric-Emmanuel Schmitt

 

                                 Escritor, dramaturgo y director de cine, nacido en Alsacia y  de nacionalidad belga, es más conocido como  director de las películas El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003) y Cartas a Dios ( 2011). A los 28 años (agosto de 1989), contratado para ser guionista de una película sobre Charles de Foucauld, se extravió una noche en el sur del desierto de Argelia, donde estuvo a punto de morir y donde tuvo lo que él llamó su experiencia de fuego. Al día siguiente, al encontrarse con sus compañeros, una frase invadió todos sus pensamientos: Todo está bien.  Una fe nueva y una paz profunda habitó su ser entero hasta hoy. Dejó entonces su profesión de enseñante y se dedicó a escribir. Una novela autobiográfica, La nuit du feu (la noche del fuego), 2015, recoge aquel acontecimiento. Otra obra de gran éxito es la novela El evangelio según Pilatos, en la que Jesús, tras resucitar, va en busca del prefecto romano.

 

Presencia. ¡Todo está bien! No se puede decir más. Esta energía inquebrantable, indomable, que actúa en el universo, me absorbe. Recibo mensajes de ella. (…) ¿Cómo? ¡Qué difíciles son! No para captarlos, pues se imponen por sí solos, sino para transcribirlos utilizando el lenguaje. Las palabras, estas pobres palabras, no ofrecen una vía a lo que experimento.

 

Así pues, no disponemos de palabras para describir un encuentro con Dios, una experiencia mística, una noche de fuego. Incluso la misma palabra Dios es metafórica. (…) Dios  puede, para algunos, designar a una persona; para otros, una fuerza; para otros todavía puede referirse a un principio. En verdad, es una moneda que ha sido muy utiiizada y de la cual también yo me sirvo, por que no he encontrado otra mejor. Solo trato de dejar la traza de mis dedos sobre ella. Ninguna palabra es adecuada, ya que todas son humanas y remiten a la experiencia humana. Las palabras no contienen el sentido de la trascendencia. Así pues, hablar de Dios o hablar de una experiencia mística solo se puede hacer desde el orden poético.

Idioma: ¿la esencia de un pueblo?

 

                     Fui a leer ayer la entrevista en EC con el  reputado sociólogo vizcaíno Imanol Zubero, uno de los promotores de Gesto por la Paz, y después ex senador socialista, aunque le pusieran varias multas, según dice, por indisciplinado. Me decepcionó mucho: No se atreve a afirmar que el PSOE blanquee a Bildu y no hace ascos al pacto político y electoral entre ambos. Pues, con su pan se lo coma.

No ve riesgo alguno por el independentismo en Euskadi. El único riesgo serio para la convivencia en la Comunidad es en la gestión del idioma, del euskera: Ahí es donde veo yo un peligro importante de aceptación de la diversidad creciente de esta sociedad, que cada vez se ahonda más en la idea de que el idioma es la esencia de un pueblo.

Tras dar por bueno que el castellano es el idioma de la mayoría de la gente, incluyendo familias vascas de muchas generaciones, concluye: En todo lo demás, como el sueño independentista, sinceramente no veo que pueda prosperar.

 

«¿Dónde está el escándalo?»

 

                Así se pregunta Teo Uriarte, que de Bildu y ETA, que le declaró traidor, sabe un rato. Piensa que la última actuación de la coalición al servicio de SORTU tiene como fin exclusivo facilitar la supervivencia del futuro Gobierno y alianza Frankenstein. Y continúa:

-El insulto, la indecencia y la infamia se da en la alianza desde el Gobierno con los que no reniegan del terrorismo que los aupó hasta llegar a los pasillos de la Moncloa. Si alguien ha legitimado la historia de ETA ha sido Sánchez.

¿»Al PP le interesaba que ETA no acabase»?

 

                            ¿Es posible acusación más abominable, mezquindad más zafia? Pues eso es lo que el presidente Sánchez espetó al jefe de la oposición en el Senado, que tampoco estuvo todo lo fino que podía estar, a propósito de los terroristas en las listas de BILDU. ¿Quería acaso el PP de entonces tener más víctimas de las que tuvo? ¿Todavía muchas más víctimas que el PSOE?

A este grado de degradación hemos llegado, con tal de no rectificar el presidente Sánchez su política de alianzas con ERC y BILDU, las fuerzas políticas más disgregadoras del Estado de derecho que tenemos, con tal de permanecer, tan indignamente, en el poder.

Jesús Azanza Imaz

 

                     Ayer, por la tarde, en esa joya románico-gótica, que es la iglesia de San Miguel de Estella, celebramos el funeral de Jesús Azanza Imaz, prestigioso abogado estellés. Fuimos amigos desde los 11 años en el Seminario de Pamplona. Fuimos juntos a Comillas, al terminar los tres años de Filosofía, donde se hicieron amigas nuestras madres. Juntos estuvimos, en los primeros sesenta, como profesores en el Colegio Diocesano de S. M. del Puy de Estella, que él compaginaba con las parroquias de Villamayor y Arbeiza, primero, y de Villatuerta después.  Años adelante, siendo párroco de esta última, me acogió unos días, en  los que me buscaban para llevarme a la sombra. Era proverbial en él su vitalidad, su bonhomía, su buen humor, su propensión a la broma y al chiste. Era el oppositum per diametrum del apodo de su casa –Mal temple-, que le venía de lejos, no sé si de su abuelo, ex alcalde de Estella, o de dónde y desde cuándo.

Se secularizó después y casó con una mujer admirable, tuvo tres hijos y varias nietas, de las que se enorgullecía mucho, y a las que les hice unas letrillas. Pongo entre comillas el verbo secularizar, porque Jesús, al contrario de la mayoría de los clérigos que hicieron como él, nunca quiso dejar de ser sacerdote; tomó a pechos la doctrina de San Agustín sobre el carácter indeleble del sacerdocio, formó durante años una pequeña comunidad, de las que fue pastor, consejero y amigo, y defendió a capa y espada, más con la primera que con la segunda, su opción.

En conversaciones personales y en reuniones de curso -el «Aquilón»- tuvimos nuestras diferencias y discrepancias en tema tan sensible, donde la doctrina se mezcla con el método, la forma con el fondo, el ideal con la prudencia, la fidelidad con el sentido común. Sufrió algunos malos momentos, pero salió airoso de la aventura. La homilía de ayer, en boca del actual párroco de Villatuerta, es la mejor confirmación. Para unos un rebelde, para otros un precursor, él solía presumir de ser más estimado y querido `por los ateos y los agnósticos que por los creyentes, cuando lo cierto es que fue muy querido por una gran mayoría.

Mejor que nadie lo saben los feligreses de los pueblos donde evangelizó. Las muchas gentes a las que ayudó desde su despachó laboral, o las personas con discapacidad  intelectual, a las que protegió desde la Fundación Tutelar Navarra, de la que fue patrono durante muchos años.

Hombre de firmes convicciones políticas, y siempre prudente por su doble profesión, le puso en aprieto un buen día a su paisano y colega Manuel Irujo hablando sobre el futuro de Navarra, imposible según él con la teoría peneuvista. Lo contó en un curioso escrito que me lo envió en su día. Porque tenía también afición a escribir, y escribía muy bien artículos sobre temas populares y costumbristas -publicados algunos en revistas-, llenos de viveza y gracejo. Solía yo animarle a hacer una antología de sus trabajos para poder editarlos  después.

Meses antes de su muerte, su hija Noemí me llamó para que viera a su padre todavía con todas sus facultades activas. Fui con un amigo de curso y fue un encuentro inolvidable con toda la familia. Repasamos con mucho realismo y humor, nuestras vidas, desde nuestra niñez, y la tarde devino un canto a la fe, a la vida y, en definitiva, a la gloria y misericordia de Dios. El que acaba de acogerle.

La provocación de Bildu

 

                            La inclusión de 44 candidatos condenados por terrorismo, 7 de ellos con delitos de sangre, en las listas electorales de BILDU (mero instrumento político de SORTU, el partido POLÍTICO, que administra la herencia política de ETA) es mucho más que una provocación gamberra. Es el ONGI ETORRI a sus activistas más público y notorio, más formal y solemne  que jamás ha llevado a cabo, tras la desaparición del brazo terrorista, la eufónicamente llamada IZQUIERDA ABERTZALE.

Podía haber hecho lo contrario: llevar en la lista algunos arrepentidos conocidos o hacerlos conocer. Ha hecho lo contrario. Porque no quiere que se olvide el terror que causaron, sino que se lo recuerde como el supremo poder que era, como la causa que se confundía con su naturaleza, con su existencia dominante y avasalladora.

Qué corta es nuestra memoria. Si ETA, cuando podía, solía matar a alguien antes de cada elección general o autonómica, ¿por qué sus herederos no van a llevar en sus candidaturas a los que mataban? A los que seguimos la la lógica aristotélica y a la vez la moral cristiana no nos cabe en la cabeza. Pero la lógica y la moral de ETA y sus herederos es la de la guerra, y guerra genocida, étnica, donde el valor supremo es el poder, el poder de hecho y el poder del símbolo.  Y la historia del terror de ETA es para sus herederos de SORTU, que dirige la coalición de BILDU, el símbolo supremo de ese poder, de esa fuerza, de esa inspiración de dominio y de conquista.

Es la manera de decir a la gente que esos candidatos que fueron condenados, fueron injustamente condenados. No solo su elección redimirá su error o su delito, sino que su sola  candidatura proclama ya su inocencia y su verdad.

Si ETA carnívora y ajusticiadora tuvo que disolverse y desaparecer, fue tan solo aquella que las circunstancias externas e internas  hacían imposible, pero no desapareció, como algunos tontos lo repiten, la verdadera organización independentista y socialista, que sigue viva, perdurable, resistente y resiliente a cualquier adversidad y contratiempo.

Es la venganza por las numerosas detenciones, los juicios y  las cárceles. La venganza también por la humillación de tener que someterse a la legislación española, que hace disimular y mentir a la hora de tener que legalizar (por imperativo legal) los partidos, sindicatos, fundaciones y asociaciones.

Que se  vea, pues, quién vive, quién manda, quién afronta y representa el futuro del Pueblo Vasco.

Y que no se crea que por acordar  y pactar  con el Gobierno izquierdista español, BILDU (SORTU), encarnación de Euskalherria, se rinde, se rebaja, se humilla y, menos, renuncia a sus principios, a su verdadera naturaleza. 

Maixabel

 

               Vi ayer en la plataforma Netflix la película de Itziar Bollain, Maixabel, y me encantó. Dejo atrás dudas, prejuicios y juicios mal informados o dislocados, y tengo la dicha de ponderar la verdad, la belleza y la justicia de esta obra de arte y lo que ella representa: la virtud y la ejemplaridad de Maixabel Lasa, esposa de Juajn María Jáuregi, víctima de ETA y de todas las personas que  apoyaron su iniciativa.

Pocas veces -por ejemplo, en la novela aquí elogiada, Purgatorio– podemos admirar la necesidad humana y la fuerza de la conversión, la reconciliación y el perdón. Anterior al cristianismo, como podemos verlo en Séneca, es cierto que el cristianismo lo elevó a principio y precepto fundamental.

Excepcional me parece la actuación de Blanca Portillo y Luis Tosar. Me emocionó, me convenció, me entusiasmó.

Lo legal y lo decente

 

                        El presidente Pedro Sánchez, tras su encuentro con el presidente Biden, ha ido mucho más lejos que Chivite y Ramírez, que se quedaban en lo legal y hasta lo justificaban, y ha calificado de no decente la presentación como candidatos de 44 candidatos de Bildu, condenados por terrorismo, y hasta 7 de ellos por terrorismo con delitos de sangre: No es decente y merece el mayor de los reproches. Pero, señor mío, si eso no es decente, el mayor, el más elemental de los reproches es no colaborar ni pactar con quienes han cometido esa indecencia. Y, si, según el mismo Sánchez, esos candidatos solo deben dar un mensaje de perdón, reparación y arrepentimiento, y no lo hacen, o hacen lo contrario, usted me dirá qué debe hacer usted. A no ser que las palabras signifiquen una cosa en la Casa Blanca y otra en la Moncloa.

Y un recadito final para barones tan simpáticos como García Page y Lambán. Es demasiado tarde y demasiado preelectoral para rectificar la política del Gobierno Sánchez de tener como socio preferente a Bildu, sucesor de ETA-Batasuna. Han  tenido cuatro años para hacerlo. Especialmente Lambán, que ha mantenido varios encuentros con Chivite, podía haber hecho público su pensamiento mucho antes, por ejemplo antes de la votación en el Parlamento navarro de la nueva presidente del Gobierno. 

Dentro de pocos día, tendrá una nueva oportunidad.

Los que reciben los votos de Bildu

 

                    La presidente socialista del Gobierno de Navarra, María Chivite, dice lo mismo que su vicepresidente; que Bildu es legal, que ETA ya pasó, y otras frases hechas para no decir toda la verdad, y sobre todo para ocultar su voluntad, ya cien veces manifiesta, incluso en sede parlamentaria, de volver a contar con los votos de EH Bildu, el partido sucesor de ETA-Batasuna.

Engañará de nuevo  a muchos, pero a otros muchos no. Por eso me alegró tanto leer ayer en DN unas líneas de mi amigo Román Felones Morrás, ex presidente hasta hace poco del Partido Socialista de Navarra-PSOE, en un artículo titulado Tomás Caballero, compromiso y memoria, que no tienen desperdicio:

Estamos en vísperas de unas nuevas elecciones forales en Navarra. Los ciudadanos hablarán libremente, pero sería triste que con una más que previsible mayoría de votos constitucionalistas, fueran aquellos que siguen sin condenar los asesinatos los que decantaran el sentido del nuevo gobierno, no tanto porque ellos den sus votos, sino porque los que los reciban estén dispuestos a negociarlos.