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La «hybris» de Errejón

 

                              Vamos viendo, año tras año, cómo la Revolución devora a sus hijos, cómo los alguaciles de la moral política regeneradora que se levantaron atronadores el año 2014 para conquistas los cielos del poder en España, van siendo alguacilados uno tras otro, convertidos en casta, poco casta al parecer.

Pero el caso de Errejón, caso típico de hybris de sexo y poder al mismo tiempo, no raro en el mundo político, y público en general, llama la atención por el comunicado del autor que lo acompaña. El cofundador de PODEMOS y de MÁS MADRID, portavoz actual de SUMAR, explica su abandono de la política -forzado, según hemos sabido después- y, en un lenguaje  pretencioso, entre psicoanalítico y resignado, parece reconocer su mala conducta para con las mujeres, a la que parece que ha puesto remedio sometiéndose a una cura terapéutica. Nada de eso. No hay en esa seudojustificación un átomo de  contrición, de responsabilidad (de respuesta) personal, ni asomo de perdón a las personas perjudicadas, porque, como buen marxista-leninista-populista, está convencido de que su conducta neoliberal (no pecaminosa ni delictiva), en vez de machista,  se debe a la presión, al ambiente, al dominio del patriarcado capitalista, que contagia, contamina, apesta la vida de los políticos, condenados a escindir su vida personal de su máscara de personajes.

Lo que me evoca aquella afirmación de Pablo Iglesias Turrión, hace años, cuando aseveraba que la corrupción es cosa de la derecha, Al ponerle delante la corrupción durante los gobiernos de Felipe González, añadió tan fresco que, precisamente, fue así ¡porque y cuando Felipe se convirtió en hombre de derechas!

Misas con tiempo

 

               La Messe qui prend son temps (la misa que se toma su tiempo) es una propuesta de los jesuitas franceses, que en la iglesia de Saint-Ignace, de París, prolongan la liturgia tradicional católica hasta los 90 minutos para dar lugar a la meditación, reflexión e interacción.

En esa liturgia la oración personal exige su tiempo. La música litúrgica es muy cuidada. Hay diálogo, danza, y un encuentro informal tras la eucaristía.

En medio de la hiperactividad, la aceleración, la crisis de salud mental, la intromisión de las marcas comerciales en la intimidad, la competencia neurótica, la sociabilidad puntual y efímera… hay en muchas partes de nuestro mundo, y también de la Iglesia, sed de silencio, contemplación, atención, profundidad, aprecio y cuidado.

La liturgia católica, tan antigua, sobresale por su universalidad, sencillez, serenidad, sobriedad… Pero se queda muy corta ante una sensibilidad actual, activa y participativa. Recuerdo aquellas misas dentro de la emigración española en Alemania, Inglaterra y Holanda, donde los celebrantes hacíamos lo que podíamos para hacer algo atractivo, ante iglesias llenas, a veces, de emigrantes españoles, nada religiosos, ignorantes, curiosos…, dejando el latín a un lado, hablando más de la cuenta, cantando lo mejor posible… Cualquier párroco tradicional  y no digamos cualquier maestro de ceremonias nos habría prohibido volverlo a repetir.

Misas con tiempo, y tiempo lleno de lo mejor del arte y de la espiritualidad, piden y necesitan parroquias selectas de París y de otros muchos lugares, grupos de jóvenes, movimientos eclesiales, etc. Misas  tan breves como ahora o más breves aún serían necesarias en otros sitios, donde los celebrantes no leyeran, sino que hablaran con brevedad y rigor, se eligieran mejor las lecturas, se diera paso a la oración viva de los fieles, etc.,  etc. Pero todo esto está ya muy dicho.

Porque se trata de algo tan decisivo como esto: ¿cómo hacer actual, viva y activa, la conmemoración de la cena del Señor?

«Iglesia por el Trabajo Decente»

 

                 Iglesia por el Trabajo Decente es una red de más de cuatrocientas entidades eclesiales en defensa de la dignidad laboral: Caritas, CONFER, HOAC, JEC, JOC, Justicia y Paz… Se cumple ahora el décimo año de su creación.

El 8 de este mes, se organizaron varias mesas redondas en la sede madrileña de los movimientos de Acción Católica En una de ellas tomó parte el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, quien elogió a la plataforma como iniciativa importante y ejemplar, sobre todo por la capilaridad social que tienen todas las asociaciones que la componen en una sociedad como la nuestra. Sordo recordó que la génesis de las clandestinas Comisiones Obreras  está ligada a las movimientos cristianos de base, y por esa razón se sintió en casa. E instó a seguir trabajando en esta área, ya que necesitamos armar ese sentido de comunidad que promueve la Iglesia dentro de sociedades desarmadas e individualistas como la nuestra. 

 Por su parte, Félix Peinado, director de la Organización Internacional de Trabajo en España, denunció seguidamente el incremento del trabajo infantil, la desigualdad de género y de la informalidad laboral, así como los clichés sobre los migrantes, que son los pobres  y los vulnerables de hoy. Y calificó a la Iglesia como un magnífico aliado.

Finalmente, Antonio J. Aranda, director de la pastoral del trabajo de la Conferencia Episcopal, en la misma mesa, afirmó que el compromiso social  por poner en la agenda política y social al trabajo decente es una realidad que se palpa en los obispos, en las diócesis, en la vida religiosa y en los laicos; es algo que hay que  aplaudir.

Por el hayedo encantado

 

                Han sido tres días lluviosos. Está hoy nublado, pero de vez en cuando de entre las nubes se escapa el sol.

Cuando subimos por el carretil de Olazagutía, que asciende por la quebrada más agreste al norte de la sierra de Urbasa, vemos que el otoño está apoderándose del bosque, pero con menos brío que otros otoños, porque tras los grandes calores veraniegos ha llovido mucho y ha hecho poco frío. Llegados al plano del macizo, encontramos muchos coches aparcados y mucho ir y venir de gente con mochilas y  niños. Buscamos un lugar tranquilo y soleado, pero en esas estamos, cuando se nos acerca un manso burrito de piel negra, que merodea por allí junto con otros congéneres y unas pottokas navarras, esos caballitos  pequeños, Equus caballus, que, con ocho especies y nombres distintos, pastan desde el paleolítico  en las cordillleras cantábrica y pireanaica.

El burrito, que tiene poco de Platero, no se mueve de allí y tenemos que buscar otro lugar apacible, a un kilómetro de distancia para poder almorzar  a la navarra (¿del latino admordium o del árabe y el latín?

Entramos luego por una pista marcada y preparada para personas con discapacidad, que se une pronto con el Camino de los Montañeros, que transcurre por uno de los parajes más bellos de la sierra, que he descrito alguna vez: hayas corpulentas, de doble o plúrime tronco, cubiertas de musgo; espinos, con hojas ya caídas o a punto de caerse; espesos matorrales, todavía con moras rojas y negras, que aprovecho para postre del almuerzo. Y  graciosas y variadas figuras geométricas rocosas sobre un suelo que se hunde en huecos, dolinas y simas, algunas de estas con cercos de madera para impedir cualquier caída. Las elegantes flores lanceoladas e intensamente moradas de los cólquicos (colchicum autumnale) iluminan zonas enteras de la sierra.

Cuando volvemos, buscamos un lugar seguro, cerca de unos bancos de piedra y de madera ya ocupados por jóvenes parejas. Encontramos un hueco de sol para yantar. Allí arriba, en la última ramita de un haya, ya sin hojas, se sube un cuervo, que no tiene prisa en descolgarse. Pero no hemos comenzado el segundo bocadillo, cuando vemos que por detrás  se nos acercan, silenciosos y  pausados, seis burritos, tres negros, dos rucios y uno albino. Levantamos a todo correr las sillas y la mesita y tenemos que tomarnos el segundo bocadillo dentro del coche, porque, tras intentarlo fuera, siempre hay un burrito que se convida y acerca. Minutos más tarde, las parejas de jóvenes de las mesas cercanas se ven forzadas a abandonar, lo mismo que nosotros, el almuerzo (ahora comida) campestre. El burrito que por segunda vez, nos rodeó y oliscó diligentemente el espacio circundante, devoró el medio pan que perdimos en el forzoso y veloz traslado al que nos obligaron.

Tomamos café en el bar del cámping de 3 estrellas de Urbasa, bajo el rodal de abetos que le dan sombra y prestancia. Después lo recorremos despaciosamente: la zona de las cabañas de madera (14 bungalows) y la zona glámping con 6 tiendas kampaoh, que forman un óvalo en torno al espacio verde central, donde lucen, holgadamente repartidos, hayas, fresnos, acacias y arces. Todo un poblado encantado para un bosque encantado también.

Al salir del cámping, vemos que se acercan a la entrada, pausados y silenciosos, los seis burritos de marras:  tres negros, dos rucios y uno albino…

 

Jesús Mauleón

 

                 A las 8 de la mañana, ha muerto en el Hospital de San Juan de Dios, a donde le habían llevado hace cuatro días desde su residencia San Miguel, del Seminario, el poeta inmenso, el novelista, el sacerdote ejemplar, el párroco, el profesor, el escritor, el humanista, el amigo entrañable desde los tiempos de Comillas, Jesús Mauleón. Este cuaderno tiene recogidos varios de sus poemas y glosas de sus libros. Hoy, como homenaje, como despedida (hasta pronto), como agradecimiento, como síntesis de toda su obra, transcribo este poema breve titulado Y no te digo adiós, escrito en septiembre de 2009, y perteneciente al libro Apasionado adiós (2013):

Y no te digo adiós, sino hasta pronto,
hasta el todo, hasta ti, hasta tu siempre abierto.
Tú tocarás mis labios balbucientes,
harás tu luz sobre mi ojos ciegos.
Me besarás la frente, apoyarás mis canas
sobre tu pecho sin edad ni tiempo.

Y no te digo adiós, te digo Padre,
te digo Dios y se me va el aliento,
te digo
mediodía del sí, día total,
encendido de ti todo mi cuerpo.
Y te abro el alma de mi barro breve
a la medida de tu abrazo eterno.

 

 

 

La Comunidad apostólica (II)

 

  Las heterogéneas comunidades cristianas

           Del libro de los Hechos y de las cartas  de  Pablo colegimos que mujeres y varones, solteros y casados, ricos y pobres, esclavos y libres, personas cultas e incultas… formaban parte por igual de la misma comunidad. Las comunidades judías, por ejemplo, de la diáspora eran mucho más homogéneas.

Los miembros pertenecientes a un grupo social medio o medio-alto eran una minoría, pero una minoría cualificada y activa, que animaba a los demás creyentes que se reunían llevados por la fe en Jesús de Nazaret. Además, eran ellos los interlocutores de Pablo y sus colaboradores apostólicos.

Estos cristianos privilegiados por su posición cultural y económica albergaban en sus propias casas los encuentros comunitarios.

A la vez es cierto que estas comunidades contaban con una presencia importante de esclavos, tal como leemos en el capítulo 7 de la primera carta de Pablo a los Corintios, a mediados de los años cincuenta del siglo primero:
Que permanezca cada uno en la condición en que le halló la llamada de Dios. ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y, aunque puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo. Pues el que recibió la llamada del Señor siendo esclavo es un liberto del Señor; igualmente el que era libre cuando recibió la llamada es un esclavo de Cristo. ¡Habéis sido bien comprados. No os hagáis esclavos de los hombres.

No es extraño por tanto que surgieran tensiones y hasta rupturas en ellas, dada la diversidad social, cultural y económica de las mismas.

La extrema estupidez del odio y la mentira

   

                     El sintagma mensajes de odio,  junto con la máquina de fango, se ha convertido en  estribillo y lema de combate político, en arma arrojadiza que lanzar contra el enemigo de turno. Hasta Almodovar  lo aduce a la hora de buscar finalidades a su última película.

Sabemos todos muy bien de dónde han venido durante decenios, en la España democrática, no sólo los mensajes, sino  los proyectiles, las balas, las bombas del odio que iban arrebatando vidas, dejando heridos e incapacitados y causando estragos. Las víctimas eran entonces -¿y no siguen siendo?- los españoles, España, la unidad de España…

En los últimos tiempos, los mensajes de odio parecen reducirse oficialmente a la aversión, vituperios, amenazas, cuando no agresiones a las gentes LGTBIQ+ y a inmigrantes e inmigración en general. Ahí tenemos, estos días, a ese grupito de estudiantes canallas de la Universidad de Navarra llamando a voz en grito ¡maricón! al ministro del Interior, pensando tal vez arrastrar a todos los estudiantes en masa contra un ministro hace tiempo chamuscado por sus desaciertos, o creyendo que así iban a desacreditarle todavía más ante la opinión pública…

Ya sabemos que el odio no sólo se detiene ahí, sino que va mucho más lejos, pero sí que es en estos momentos uno de sus lugares `preferidos.

Me niego a llamar a todos estos sembradores y cultivadores de cualquier tipo de odio izquierda o derecha, sino lisamente extremos estúpidos, estúpidos extremistas, ignorantes, vesánicos, venáticos y alienados, que poco tienen que ver con las clásicas clasificaciones de la ciencia y de la praxis política. Que se sirven de la mentira para odiar y del odio para mentir, porque no hay mentira política sin odio ni odio político sin mentira. A los que todos los demócratas sensatos y sensibles debemos hacer enmudecer con todos los los medios democráticos a nuestro alcance y alejarlos, cuando menos, de toda vida pública.                

¡Las Iglesias no se tocan!

 

                         La noticia pasó inadvertida, en pleno mes de agosto, si es que alguna agencia importante la dio. Pero el Parlamento de Ucrania aprobó por clara mayoría de votos -265 contra 29- la prohibición de la Iglesia ortodoxa vinculada históricamente al Patriarcado Ortodoxo de Moscú, a pesar que esta Iglesia, pastoreada por el patriarca Onufriy, rompió con él en un segundo momento  tras la invasión por Putin. A pesar de todo, el Gobierno de Zelinsky cree que muchos de sus clérigos actúan como espías al servicio de Rusia.

Como es sabido, una parte de la Iglesia ortodoxa ucraniana, encabezada por el metropolita Epifany, apoyada por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, y adscrita al mismo, se separó en 2018 del Patriarcado de Moscú y se declaró autocéfala. El patriarca moscovita Kirill, un títere en manos de Putin, declaró el cisma, y ahora ha hablado de persecución y de  caza de brujas. 

Según las últimas noticias, avanzan los intentos de emprender un diálogo sin condiciones previas para alcanzar la unidad y reconciliación entre las dos Iglesias ortodoxas del país, al menos en la parte ucraniana dominada por Zelinsky.

De todos modos, otros patriarcas ortodoxos orientales, como Ignacio IV de Antioquía, han condenado la persecución del clero y de los creyentes de la Iglesia de Onufry, incluidos malos tratos, amenazas, palizas e incautaciones masivas de iglesias. Tampoco nuestro papa Francisco se ha quedado callado. En el Ángelus del 2t5 de agosto, deploró el paso dado por el Parlamento de Kiev: Por favor, que ninguna Iglesia cristiana sea abolida directa o indirectamente. ¡Las iglesias no se tocan!