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La broma del IBI

 

                    Todo eran hasta ahora pullas y diatribas contra la Iglesia Católica en España, provenientes incluso de ciertos socialistas, por no pagar el IBI (Impuesto sobre los bienes inmuebles). Y ahora va y viene el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, y en un amén conviene con otras Confesiones, también algunas bien poco arraigadas, como son los budistas y los mormones, y las exime a todas del IBI, del IAE y de Sucesiones.

Pero todavía hay resistentes que acusan a la Iglesia Católica, y solo a ella, de no pagar impuestos. Impuestos que tampoco pagan los partidos y sindicatos, las asociaciones culturales, las academias…

¿Hablar por no callar o por hacer todo el daño posible a la Iglesia, y solo a ella?

Los versos pascuales de Agustín de Foxá

 

         De la mano de Juan Manuel de Prada me llegan  unos versos pascuales del poeta, novelista y periodista madrileño, Agustín de Foxá, cuyas prosas leí hace muchos años, y que por su hermosa y original factura los añado a mi, a nuestra celebración pascual:

Cuando, el día del juicio, resucite,
yo buscaré tu cuerpo
recién nacido, con rocíos nuevos
sobre tus senos, nuevamente vírgenes.
Habrá una aurora extraña, dirigida
por jerarquías de Arcángeles azules.
Preguntarán los prados
¿Qué es esta primavera milagrosa?
En la tumba de yeso
se moverán los cuerpos sonrosados,
la rama del ciprés será caliente
y la luna de enero  tendrá alas en sus bordes.
Tú vendrás toda nueva,
desnuda, con tus forma recobradas,
otra vez tus venas vibradoras,
donde por mí tu sangre era de espuma.
¡Qué despertar! ¡Qué fiebre de latidos!
¡Qué  nebuloso azul de corazones
palpitando otra vez!
Solo el mar ciego
continuará su canto sin sorpresa.
Pero yo y tú enlazados
con nuestros brazos de resucitados,
con nuestras manos  puras
que, enterradas, se habían olvidado
de cómo era la piel de la naranja,
nos haremos caricias encendidas.
Tú y yo solos.
Y acaso,
distraída, me preguntes:
¿Qué son  esas trompetas
que turban nuestro amor bajo los árboles?

 

Sobre la vivienda digna

 

                       Lo cierto es es que los dos grandes partidos de la democracia española no tuvieron tiempo ni ganas en estos cincuenta años de hacer la ley nacional de vivienda en España, y que ha  tenido que llegar PODEMOS, para aprobarla -ahora la llaman estatal- con la ayuda del PSOE, Esquerra Republicana y Bildu.

Sin el necesario consenso mínimo sobre el precio del alquilar y sobre el derecho de propiedad, que es necesario para que sea verdaderamente una ley nacional de verdad, pueda llenar el vacío de un derecho fundamental, aunque no judiciable, y pueda surtir los efectos necesarios durante mucho tiempo. Esperar otra cosa de tales responsables y dirigentes era pensar en lo excusado. Decenas de oráculos ya están profetizando que, después de esta ley, habrá menos viviendas, y serán mucho más costosas, sobre todo para los jóvenes, que son los que más las necesitan

Por lo demás, el tiempo preelectoral elegido propicia los alardes populistas más frívolos, sobre todo si salen de la boca del presidente del Gobierno, que, según frase feliz del jefe de la oposición, intenta emular el milagro de los panes y los peces con otro, más actual, de los panes y de los pisos. Cada día nos canta un nuevo número de lotería. Y nos repite, como ya escribí en otra entrega, el cuento de la lechera. Esperemos que, al menos, algunos de esos números sean ciertos.

En cuanto a la okupación de las más de 100.000 viviendas -no olvidemos que la k tiene una cierta matriz etarra-, lo más fácil es confundir un casero normal con un fondo buitre para que la demagogia tenga lucirse. Pero todos tenemos amigos o conocidos, que no son buitres, a quienes les han okupado el piso y hasta toda la casa y les han hecho sufrir lo indecible. Con esta ley podemos decir adiós a aquella propuesta, que parecía común, de desalojar al okupante en menos de 48 horas.

No es bueno que se nos vayan apagando, en estos prietos meses, tantas ilusiones.

«Purgatorio», de Jon Sistiaga

 

           Voy terminando la novela Purgatorio, la primera del conocido periodista y escritor vasco, Jon Sistiaga, corresponsal de mil guerras, programador, autor y presentador de series, reportajes, secciones, de pleno éxito en televisión.

Me está gustando mucho. Por su lenguaje, Por la hondura del análisis de sus personajes. Por la combinación apasionante del pasado y del presente  en la narración. Si alguna mácula podría ponérsele es el de la singularidad y el de la ejemplaridad. Porque esta vez, tenemos por fin un arrepentido matón de ETA, que había sabido resistir la  tortura y ocultar su crimen, e igualmente un viejo comisario torturador, a quien el primero logra hacerle arrepentirse de sus terribles acciones en la comisaría de policía. Tanto las descripciones del zulo campestre, donde la víctima secuestrada escribe un diario, como de la atroz tortura infligida al sospechoso criminal, como de los diálogos entre unos y otros a la hora de intentar deshacerse o defenderse del negro pasado que los persigue, son inolvidables. Otro de los aciertos de la novela es haber puesto de relieve el carácter intelectual de la dirigencia etarra, que consigue eludir la persecución policial y la comparecencia ante la justicia, y se encuentra por vez primera ante el riesgo de ser descubierta.

Para muestra, elijo este breve fragmento, que revela el fondo épico de la ideología etarra, tan pocas veces resaltado por los políticos, los periodistas y los escritores:

-En la gloria no hay lírica –le gustaba decir a Pérez-Askasibar en cuanto se tomaba un whisky-. Es en la derrota donde se forjan las naciones, ahí es donde reside la épica, donde cuaja la identidad. Los hombres se reconocen en la pérdida, se hermanan en el fracaso. Eso sí es glorioso. El fracaso. Para renacer hay que morir. Y citaba entonces a la nación serbia, y a la escocesa e incluso a la zulú o a la España de la Reconquista, como ejemplos de pueblos atormentados por derrotas épicas y cristalizados como nación tras lograr levantarse

En manos de Esquerra y de Bildu

 

            Una vez acabado PODEMOS, y dedicada la blanca y blanda Yolanda a inventar un partido, o, mejor, un movimiento, capaz de desbancar al PSOE, al Gobierno del presidente Pedro Sánchez Castejón, hijo de Sancho y castillo roquero, le quedan las mentes y los brazos laterales y poco convencionales de Esquerra Republicana de Catalunya y E. H. Bildu (Reunión de los Hijos de Euskalerria) para apoyarle, acompañarle, votarle, engañarle, sobornarle.

En sus manos quedamos, durante  siete meses, hasta las elecciones de diciembre.

No fuera tan malo, si supiéramos que no vamos a seguir dependiendo de ellos cuatro años más…

Ni promesas ni alardes

 

              Como de costumbre, ni me creo las promesas electorales, ni tomo en consideración alguna los alardes llevados a cabo en vísperas de elecciones. No mencionaré en mi cuaderno ni aquellas ni estos.

Lo único que motiva mi voto, y espero que el de todos los votantes constitucionalistas, es la actuación de cada partido en la pasada legislatura, los puntos fuertes de sus programas actuales y la lista de sus candidatos.

Ceo en los partidos que trabajan bien durante los cuatros años del interregno electoral; que atienden y visitan a sus votantes durante ese tiempo, y que en ese espacio, temporal y espacial, hacen conocer y compartir sus programas, ideales e intereses.

Siempre que me encuentro con amigos y conocidos, de diferentes partidos políticos, durante los cuatro años de la legislatura, les pregunto qué área del territorio han recorrido y visitado el último fin de semana y qué tipo de propaganda han ejercido en ella. Y, si no el fin de semana, al menos en el último mes.

Y cuando llegan los resultados electorales, los remito a sus respuestas anteriores.

Luis Lezama. Grupo Lezama

 

                            Leo en VN noticias sobre el P. Luis Lezama, aquel joven sacerdote de origen vasco que fue coadjutor en Chinchón y en Vallecas, donde dejó rayas hechas entre los jóvenes marginados, y llegó a ser secretario del arzobispo de Madrid, el cardenal Tarancón. Le conocí en el célebre restaurante durante la Transición, El Alabardero, donde comíamos a veces los senadores y otros políticos, y donde comían casi siempre los senadores y diputados vascos. Aquella taberna que abrió Luis en Vallecas, discípulo del P. Llanos, con 16 chavales sin trabajo, se había convertido en uno de los restaurantes más atractivos de la capital. El cura Lezama era allí, y supongo que en todas partes, un encuentro de bonhomía, buen humor, conversación chispeante y sabiduría integral.

Hoy el Grupo Lezama, del que Luis es fundador y presidente, un año más joven que yo, cuenta con más de 600 trabajadores, con cuatro restaurantes y sus correspondientes escuelas de  de hostelería en Sevilla, Málaga, Zaragoza y Madrid, incluidas las escuelas online, además del colegio Santa María la Blanca, reconocido por su innovación pedagógica. Su nuevo proyecto consiste en convertir la escuela madrileña en un centro adscrito a la Universidad Complutense, con 500 alumnos, que incluirá residencia de estudiantes. Comenzará con una carrera técnica de dos años y una licenciatura de cuatro. La gastronomía como ciencia tecnología, además de buen comer.

No me extraña que hoy, a la altura de su edad, haga sus votos porque los curas como él -él se define solo como cura- pierdan el miedo y se lancen a emprender proyectos de promoción e integración en vez de pedir limosna a los ricos para darla a las obras pías, y se salten el clientelismo y el asistencialismo.

El Grupo Lezama, fundación civil y no canónica, sin aceptar donaciones para poder ganarlo todo con su trabajo, ha buscado igualmente no tener patrimonio para que no le pesen las alas y poder volar, cosa que él recomienda a conventos y monasterios y a cualquier institución eclesial. Ha puesto siempre en el primer plano el valor del capital humano sobre el capital económico, descubriendo hace cincuenta años la llamada educación dual: formación continua integral, con prácticas y un trabajo remunerado. Todo un éxito.

La ONU contra Daniel Ortega

 

                Antes de Semana Santa, la Oficina del Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), desde su Delegación para América Central y el Caribe, pidió al Gobierno de Nicaragua que permitiera la celebración de procesiones religiosas, pues su prohibición generalizada viola la libertad religiosa, que exige que todas las personas puedan ejercerla individual y colectivamente, tanto en privado como en el ámbito público.

Desde el inicio de la Cuaresma, en febrero, el presidente de la República de Nicaragua Daniel Ortega, había informado, a través dela policía nacional, a los sacerdotes nicaragüenses de la prohibición de llevar a cabo los oficios religiosos fuera de las parroquias. Pero, pese a la prohibición de la ONU, la prohibición se mantuvo,

Ahora bien, los templos se llenaron de fieles más que nunca en  toda Nicaragua, y el cardenal arzobispo de  Managua celebró el Vía-crucis del Viernes Santo alrededor de la catedral sin incidentes, y con presencia masiva de fieles.

Mientras tanto, el Gobierno dictatorial de Ortega-Murillo sigue expulsando sacerdotes y religiosos del país y mantiene en prisión al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado a 26 años por traición a la patria, que se negó a ser deportado a los Estados Unidos de América junto a otros muchos ciudadanos. El nuevo régimen sandinista sigue persiguiendo a la Iglesia, que se atreve a resistir a su pérfida satrapía.