Voy a la tienda donde compro el pan, y veo hoy a los nuevos dueños al completo: un matrimonio joven con un niño chico en el carrito, y otra señora, no sé si pariente o no del matrimonio. Les pregunto si los tres son bolivianos: – Y el cuarto, español, me responde la madre. -Sí, claro, eso es.- Les pregunto de que qué región de Bolivia. Me dicen que de la provincia de La Paz. Les hago ver que sigo con interés todo lo que pasa en su país y deseo que todo salga bien, a pesar de la complicación actual. Se sonríen, cómplices. Por respeto no voy más adelante. Por respeto y por profunda ignorancia ¿Qué sé yo lo que piensan sobre Evo Morales y los cinco gobernadores de la oposición? Y sobre todo qué piensan de todo lo que ha hecho posible que esos seis personajes sean hoy, en la revuelta historia boliviana, los personajes del día. ¿Qué sé yo, informado, al fin y al cabo, con medios españoles y europeos, de su salida de Bolivia y su llegada a España, de su dolor o de su satisfacción, de su drama o de su fiesta? En todo caso, si la conversación sale fluida otro día y me dan pie, con mucho gusto les oiré su opinión y sobre todo su vivencia. La historia real es algo más serio que unas cuantas noticias de periódico.