Está claro que a Mariam B- Bascuñán, colaboradora de EP, le supo a cuerno quemáo que los 27 jefes de Gobierno o de Estado de los 27 de la UE visitaran, en el 60º aniversario de la Unión, a Su Santidad el papa Jorge Bergoglio, otro papa político y salvador, y se hicieran con él una foto nada menos que en la Capilla Sixtina. Qué error para la autora buscar raíces en la religión cristiana. cuando no es el cristianismo, sino la Ilustración lo que dota de identidad al sistema de valores que compartimos: el laicismo que separa la Iglesia y Estado. No pensaba así el máximo definidor de Europa, Paul Valery, ni los sociademócratas alemanes que hicieron posible Bad Godesberg (1952) ni ciualquier historiador ilustrado ¡Como si la ilustración no tuviera nada que ver con el cristianismo! ¡Como si la Ilustración sólo fueran Voltaire y Diderot! ¡Como si el laicismo -¿o la laicidad?- fuera el único valor de la Ilustración y de los ilustrados, o el cristiaanismo no hubiera sido clave para esa separación! Por otra parte, la visión de lo religioso va mucho más allá de lo privado, contra el parecer de M-Bascuñán, y muchas de las santas doctrinas sí han prevalecido y prevalecen en el ámbito público, europeo o no. Los ilustrados no fueron todos ni siempre ejemplos de tolerancia, tampoco muchos de sus pretenciosos discípulos. Ni la historia del cristianismo se redujo a guerras de religión. Casi 400 años después, Europa no se traiciona en el Vaticano, como afirma, ignorante, intolerante e injusta, Mariam B-Bascuñán. NI es una fina ironía sino una torpe simpleza comparar los cardenales con los señores de los Tratados. Ni los dogmas se interpretan ya, según la mejor exégesis y teología, frente a la razón, ni la austeridad tiene nada que ver con esos dogmas. Tampoco, finalmente, la razón ilustrada ha garantizado la paz perpetua defendida por el piadoso Immanuel Kant, a no ser que Mariam B-Bascuñán viva en otro mundo y no se haya enterado de la historia de Europa en estos tres últimos siglos…