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El peligro para las libertades

 

                Javierito, el miembro más joven de la aquella Gestora del PSN -tan vituperada, difamada, calumniada entonces, e incluso ahora- tiene hoy un cargo importante en el partido. Junto a otros compañeros ex concejales y actuales parlamentarios ha sido convocado por la UPNA para un encuentro donde se ha hablado de los años de plomo, cuando algunos políticos  navarros llevaban escolta. He visto que abundaban los del PSN y que estos aprovechaban la ocasión no solo para subrayar lo mal que lo pasaban, sino también para quejarse de que algunos adversarios o enemigos políticos los califican de traidores por haber pactado – ¡y por algo más!- con BILDU.

Como presidente durante unos meses de aquella Gestora (1996-1997), fui yo quien organizó algunos actos de solidaridad para con la madre de Javierito y su familia, acosadas durante una temporada por ETA-Batasuna, y por eso la cosa me interesa lo suficiente. Y aquí viene Javierito no a imponer, pero sí a recordar la nueva doctrina que rige en el actual PSN sobre estas cosas.

Dicen los periódicos que cuando le tocó el turno en ese encuentro dijo (acaso un resumen) estas definidoras palabras:

-Entre todos se derrotó al terrorismo, y a partir de ahí funciona la política con UPN, Bildu, PP, PSN, Contigo… Ahora el peligro para las libertades tiene otros actores.

Vamos a ver, Javierito. No derrotamos entre todos al terrorismo. Algunos no quisieron derrotarlo precisamente, sino que se resistieron y mucho. Otros no movieron un dedo. ¿A partir de ahí funciona la política? ¿Es que antes de eso no funcionaba? ¿O es que funcionaba con mucha mayor lealtad a la Constitución, pongo por caso? Además, como sabes bien, hay una política buena y otra mala, y hasta malísima- Y dices que funciona la política con UPN, Bildu… ¿Así, todos en el mismo saco? ¿Todos por igual? ¿Es que después del terrorismo todos son la misma cosa? ¿Todos ejercen la misma política? ¿Todos defienden las libertades? ¿Quiénes son, pues, esos actores malvados que las ponen en peligro? ¿Acaso, si no es mucho suponer, solo la ultraderecha, la extrema fachoesfera?

Eso lo habíamos oído tú y yo hace muchos años, antes de la Gestora incluso. Y todos lo teníamos como la consigna consabida mazdeista, maniquea, que el marxismo-leninismo hizo suya para seguir dividiendo el mundo en dos, en amigos-enemigos, y acabar lo antes posible con  los segundos. Consigna y lema que, como bien sabes, hizo suya, como nadie, ETA-Batasuna, -contra la que acababas de vanagloriarte haber luchado-, y con ella, ay, sus muchos brazos, sociales, culturales y políticos, que no todos han sido derrotados.

 

***

Mi muerte es mi legado
para los otros.
Sin la muerte me quedo
sólo yo solo.

¿En qué quedamos, Javierito?

 

Los castros de Arroniz (y II)

 

                     El día nos ha salido tan saludable como el sábado anterior. Ha llovido un poco durante la noche y encontramos el suelo blando cuando salimos por la ancha pista que desde el sur de la villa llega hasta los términos de El Monte y Sobrepeñas, cerca  ya de Sesma y pasa cerca y a la par de la sierra de Arrosia. Una sierra menor, en dirección norte-sur, cubierta de pinos por la parte oriental que da al pueblo, partida por varias quebradas de faldas cortadas y sus  correspondientes barrancos, que desaguan entre las piezas de cereal que ocupan el somontano.

Vamos por un terreno llano, donde no hay ni olivos ni viñas, ni árboles, solo un nogal solitario y, un poco más adelante, un tamariz junto a una balsa o pequeño humedal. Un sendero cómodo se desvía hasta el mismo pie del castro, situado en el vértice y al otro lado del monte pinoso.

Con orígenes en el Bronce Final, fue uno de los castros más importantes de toda la zona. El oppidum por excelencia, sobre todo a partir del sigo IV a.C. A 586 metros de altitud, con un largo dominio, al este y oeste de la sierra, sobre las dos vertientes, el piedemonte sur del Montejurra y el somontano oriental de Los Arcos, con feraces campos de labor. Lo descubrió un vecino de Arróniz, Vicente Galbete, y lo estudiaron Amparo Castiella, y después Armando Llanos y Javier Armendariz. Es uno de los más extensos de Navarra: 31000 metros cuadrados entre castro y antecastro o terreno económico-ganadero, dos recintos claramente separables. Entre los objetos encontrados, además de muchas y ricas cerámicas y molinos de piedra, es de resaltar un fragmento de pie votivo  en cerámica y un molde fundición para bronce.

Estuvo roturado durante muchas generaciones, que acabaron con casi todas las  huellas de las arcaicas infraestructuras. El espacio está hoy ocupado por el monte bajo, y el extremo septentrional coincide con el camino del monte. Las paredes de la pendiente abrupta al norte están claramente recortadas por la mano del hombre y son evidentes los taludes al sur y al oeste, seguramente defendidos otrora por murallas. El segundo recinto se extiende por todo el perímetro, delimitado por fosos a ambos lados. En las excavaciones se encontraron muchas muestras de incendio por todo el yacimiento, sin que sepamos la fecha exacta ni la causa del trágico suceso, probablemente Sus residentes con más suerte pudieron cobijarse en el oppidum vecino El Castillo de Los Arcos.

El sol de la tarde brilla sobre todos y cada uno de los castros arqueños que visitamos recientemente, y también sobre el Gasteluzar de la semana pasada, y sobre la cima sur del Montejurra, próxima a otro castro, y sobre el castillo de Monjardín, otro de los lugares elegido por nuestros antepasados para enfrentarse a sus vidas. Allí, lejos, por encima del valle de Valdega, se asoma, imperturbable, el roquedo de Lokiz.

En el término de La Ra, a dos kilómetros y medio del anterior, en la estribaciones orientales de la sierra, queda solo el recuerdo de otro poblado protohistórico, que lleva el nombre del término, con orígenes en el Calcolítico, destruido por la maquinaria, de unos 7000 metros cuadrados, donde se descubrió también, cosa rara de veras, su necrópolis adjunta. Castiella, que lo estudió primeramente, además de Jesús Maria Bea y Armendariz, halló dos fragmentos de torques en bronce, restos óseos quemados y ajuares funerarios. Un corral cercano se hizo con muchas de las piedras que sobraban y entorpecían las labores agrícolas. Debió de terminar a mediados del primer milenio a. C., y sus moradores pudieron albergarse en el poblado de La Peña Rasa, a 1´8 km. de distancia, cerca del actual Dicastillo, o en el más lejano de Arrosia, que  por entonces crece y convierte en la capital de la zona.

¿Pero qué sabemos nosotros de todo aquello?

 

¿Científicos ateos?

 

                            No sé por qué, si porque están mal informados, o, más bien, porque no lo están en absoluto, si por el ambiente en el que viven, o por los célebres bulos que corren, oigo y leo que mucha gente cree que la ciencia contemporánea es opuesta cuando no hostil a la religión y a la fe, y que la mayoría de científicos son ateos o, al menos, agnósticos.

Y no es así ni de lejos. Pero me basta hoy y aquí, dejando a un lado ahora a los grandes científicos teístas, y también cristianos, del XVII, XVIII y XIX: Descartes, Pascal, Leibniz, Newton, Boyle, Mendel, Pasteur…, recordar algunas cimas de la ciencia, creyentes en Dios o teístas, del último siglo y medio, como Albert Einstein, que no necesita presentación; Kurt Gödel, uno de los mayores matemáticos de todos los tiempos; George Lemaitre, el mayor cosmólogo de la historia reciente; los padres de la física cuántica Max Planck, Niels Bohr y Werner Heisemberg; Guillermo Marconi, inventor de la radio; Francis Collins, uno de los mayores biólogos actuales; Ronald Fisher, fundador de la estadística moderna…, la gran mayoría de ellos también cristianos. Y un largo rimero de premios Nobel  en todas la especialidades científicas durante los últimos cien años.

Harto significativo me parece también el alto número de premios Nobel y reconocidos científicos de nuestros días convertidos a la fe en Dios y hasta al cristianismo gracias a la ciencia que venían cultivando, y que enumeraré otro día.

Bastaría la existencia de un solo gran científico, inventor o no, premio Nobel o no, para hacer tambalear la afirmación de que la ciencia es opuesta a la fe en la existencia de Dios. Pero con todo ese retablo de genios delante, ¿cómo puede alguien seguir repitiendo esa vieja, maltrecha, matraca?

***

Ven, muerte, tan escondida,
que no te sienta venir,
por si el miedo de partir
me juega mala partida.

 

 

¿Tan malo es tener enemigos?

 

                        En estos tiempos de políticas de polarización, de muros levantados, de amigos-enemigos, de confrontación sin fin, en los focos ardientes de actualidad, que son España y los Estados Unidos de América, aquel genio aragonés entre los ilustrados españoles que fue el jesuita Baltasar Gracián viene a aliviarnos un poco con estas aladas palabras:

Le parece más triste no tener enemigos que no tener amigos, porque quien enemigos no tenga señal de que no tiene: ni talento que haga sombra; ni valor que le teman; ni honra que le murmuren; ni bienes que le codicien; ni cosa buena que le envidien.

¿No es, en verdad, al menos, un teórico alivio?

Pobre Kamala Harris

 

Pobre Kamala Harris, con la que le espera…

Pobre Nación americana.

Pobre todo nuestro mundo.

PD. Pero tal vez algo podemos aprender todavía.

 

***

 

In pace, leo.
Dormir en paz.
Vivir, morir.
y descansar.

 

Nuestra Señora de los Arcos, en Tricio

 

Nuestra Señora de los Arcos

 

          ¿Quién nos iba a decir que aquella ermita blanca o convento blanco, con una espadaña en su extremo septentrional, que veíamos al pasar por la carretera cercana, enfrente de Tricio,  guardase esos tesoros?

Esperamos un rato a la guía voluntaria del pueblo, mientras crece el número de visitantes. Está la mañana de este primer sábado de noviembre muy templada, entre nubes y soles, con algunos charcos en los caminos cercanos fuera del yerbín que rodea a la basílica, a la que está adosado el camposanto de la villa, muy renovado recientemente y con media docena de grandes cipreses, grandes y severos orantes a la vez. Por el sur y por el este se extienden viñas altas y sarmentosas, con parras desangeladas y algunos racimos sin pudrir, y más lejos despiden unos rodales de chopos sus penúltimas hojas. Por el oeste y el norte corre una teoría de montes que, por detrás de Tricio –Tritium Megallum-, pueblo alto, con una iglesia gótico-tardía dominante, defienden a la vecina Nájera del cierzo, con unas capas de pinos y unos cortados arcillosos, rojizos, que el río Najerilla fue esculpiendo durante siglos.

En el siglo III d. C. algún patricio romano levantó, extra muros, imitando los monumentos fúnebres de la Vía Appia romana, este alto mausoleo de piedra, que los nuevos cristianos del siglo V convirtieron en  presbiterio de una nueva iglesia, y se trajeron de un templo o del foro de Tritium las enormes columnas acanaladas -las de mayor diámetro de Hispania- para las dos naves de la misma. En los siglos VI-VII añadieron los arcos visigóticos de piedra de toba. Cuando la iglesia pasó a depender de Santa María de Nájera, el templo acabó de tener una estructura románica, presidida hoy por una imagen prerrománica de la Virgen María, reproducción de la original que se venera en la iglesia parroquial y se añadieron en el siglo XII unas sencillas y toscas pinturas en el presbiterio sobre la pasión de Cristo, que taparon las paleocristianas del siglo V. El siglo XVIII añadió unas yeserías blancas por encima  de los arcos y bajo la bóveda, con el escudo de la Orden de la Terraza, la más antigua de las Órdenes militares, creada en Nájera hacia 1040.

Es el monumento más antiguo de La Rioja, declarado Bien de Interés Cultural. También en el siglo XVIII, entre el primitivo templo y la cubierta completa exterior se acomodaron en el piso alto unas estancias para un convento de monjas, con sus pasillos y ventanas correspondientes.

El monumento dejó al descubierto, desde los trabajos de los primeros ochenta del siglo pasado, una variada muestra de enterramientos bajo el suelo, de los siglos V y VI, y no pocos sarcófagos romanos, después reutilizados, de los primeros siglos. Sobre una de las primeras columnas podemos ver una estela fúnebre de mármol, con un crismón inciso (PX: Xpistós), símbolo de Cristo victorioso, que primitivamente equivalía a la cruz, con la inscripción: Tadeca, vivas in pace.

Damos luego una vuelta por el pueblo de Tricio, el pueblo romano famoso por sus cerámicas y, el pueblo también de numerosos  pelotaris, citados en una lápida en la calle mayor, junto al frontón dedicado a Tintín III. Cómodo balcón sobre la vega del Najerilla y la Nájera de nuestros reyes y de nuestra historia.

Y acabamos la jornada en el Museo Würth de Arte Contemporáneo en Agoncillo, donde vemos una extraordinaria exposición del célebre pintor y escultor alemán contemporáneo Georg Baselitz. 

***

Todo se apaga,
dijo Pepe Bergamín.
La voz, la llama,
la luz sobre el celemín.
Todo se apaga
menos la luz de Dios,
que siempre llama.

Las catástrofes son para el Estado, señores míos…

 

                      El Gobierno –reza el núm. 97 de la Constitución- dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado.

En las primeras horas de la catástrofe de la DANA que estamos sufriendo el Gobierno ha estado ausente, con declaraciones inoportunas y hasta irresponsables, cargando siempre -¿por motivos partidistas?- contra la Comunidad valenciana. Es ridículo y hasta suicida decir que no se envían las fuerzas del Estado hasta que no lo pida el presidente comunitario. ¿Qué Estado de pacotilla es ese? ¿O estamos en la España sanchista del  muro levantado entre españoles progresistas y ultraderechistas?  Pronto la realidad les ha hecho cambiar de opinión y se han prestado a colaborar, como era su deber.

¿Podían haber declarado el estado de alarma, según la ley de 1 de junio de 1981? Posiblemente.

¿Podían haber enviado al ejército ya desde el miércoles? Seguramente.

Es evidente la ineptitud y la ineficacia de la Generalitat Valenciana. Como lo hubiera sido probablemente cualquiera otra Comunidad, sin excluir responsabilidades futuras.

Y evidente también la disfuncionalidad del modelo autonómico (mejor que territorial) en estos casos.

Que la sanidad y los servicios sociales sean facultad exclusiva de las Comunidades Autónomas no quiere decir que una pandemia o una DANA deban serlo. El exceso seudoolímpico del autonomismo y del autogobiernismo tiene estas consecuencias y está pidiendo a gritos un cambio de legislación en favor de los poderes del Gobierno de la Nación.

Ante el colapso del Estado solo los Reyes de España han estado en su sitio y han sido icono nacional e internacional de la dignidad, del sentido común y de la institucionalidad democrática. Su gesto vale un reinado, una época, una marca España en solitario.

Sobraban en esa comitiva necesaria los dos presidentes, abucheados.  Aunque tuvieran que estar. Y a los bárbaros de los palos, igual que los que robaron en las tiendas, que los detengan, los juzguen y los castiguen ejemplarmente.