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«Para dar luz»

 

                            Tras la primera entrega de Para dar luz, volumen que recopilaba la normativa de prevención y actuación vigente en la iglesia, publicado en junio pasado, la Conferencia Episcopal Española acaba de editar otros cuatro volúmenes, de 1.300 páginas en total, con este mismo título. Una macrosíntesis del Informe resultado de la auditoría del bufete Cremades&Calvo Sotelo y de la del Defensor del Pueblo, cruzando datos, analizando las recomendaciones en materia de justicia y prevención, y traducíéndolas en medidas concretas que adoptar. El cuarto volumen, que se edita pero no se publica, recoge todos y cada uno de los casos registrados hasta la fecha por diócesis y congregaciones por cualquier vía que hayan llegado; cada uno con su ficha en la que se detalla si la denuncia está probada, no probada, no probada pero verosímil, falsa, infundada, etc.

Son 806 casos hasta hoy, 413 en diócesis y provincias eclesiásticas; 369 en institutos religiosos, 13 en el seno del Opus Dei y un caso en institutos seculares. De todos ellos, 205 estarían probados completamente por ahora. Solo se reconocen tres casos falsos.

El episcopado español hace suyas las recomendaciones recibidas y, entre sus propósitos, destacan: 1) mejorar el proceso de selección y formación de los aspirantes al sacerdocio; 2)  dotar de mayores recursos a las oficinas de atención a las víctimas; 3) centralizar los esfuerzos en la coordinación de la sede de la Conferencia, a fin de homogeneizar las medidas que adoptar.

La auditoria Cremades, que contabiliza  en su Informe 1.302 denuncias, con evidentes errores en el método, propone una Comisión independiente sobre reparación integral; otra Comisión de protección responsable del seguimiento y evaluación de todas las medidas contempladas en el  mismo Informe, y con un equipo coordinador en cada diócesis. Además de un fondo creado por la Conferencia Episcopal y la Conferencia de Religiosos, dotado inicialmente con 50 millones de euros, con indemnizaciones valoradas entre 6.000 y 100.000 euros La cifra está más o menos en línea con lo decidido anteriormente por la Conferencia Episcopal y con el fondo estatal recomendado por el Defensor del Pueblo.

Inmatriculaciones: caso cerrado

 

                    El ministro de Justicia, Félix Bolaños, reconoció hace pocos días que no ha habido prácticamente ninguna reclamación acerca de los bienes matriculados por la iglesia en las últimas décadas, cuestión que blandió Pedro Sánchez como una amenaza antieclesial nada más llegar a  la Moncloa.

Se trata de 35.000 bienes -más de 20.000 de ellos lugares de culto-, registrados entre entre1998 y 2015  gracias a una vía que abrió la Ley Hipotecaria de José María Aznar en relación a unas propiedades que la Iglesia sabía eran suyas, pero que nunca había llegado a inmatricular.

Era la respuesta de Bolaños a la diputada de EH Bildu en Navarra, Bel Pozueta, que instaba al Gobierno a poner fin al «expolio sin precedentes» que, según ella,  habría llevado a cabo la Iglesia. Pero Bolaños le contestó que de  los municipios  a los que se les había preguntado sobre la cuestión lo cierto y verdad es que que no ha habido prácticamente ninguna reclamación.

Hacía así también  borrar el ministro su error de hace dos años, cuando, en una filtración a la presa adicta,  achacó a la Iglesia la inmatriculación indebida de 1.000 bienes, cuando lo correcto era lo contrario: justamente la Conferencia Episcopal había descubierto que el Estado le había adjudicado por error esos bienes, y el cardenal Omella, presidente de la Conferencia había invitado a su sede al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -24 de enero de 2022-, para presentarle el resultado del estudio.

Bien está lo que bien acaba.

La «bendición» para divorciados y homosexuales

 

                  En el último número de El Semanal, Juan Manuel de Prada, poco bergogliano como sabemos, se ríe de las Bendiciones de parejas en situaciones irregulares y del mismo sexo, contempladas en la Declaración de la Doctrina de la Fe,  Fiducia supplicans, de 18 de diciembre de 2023, y aprobada por el papa, y las llama engañifa. Sin llegar a tanto, varios episcopados africanos se han negado a impartirlas y algunos obispos sueltos también en Occidente.

Ha sido un paso más en ese proceso integrador del papa Francisco, en ese empeño por resituar en la comunidad cristiana a homosexuales y transexuales. Junto a las noticias de los rechazos de ciertas Iglesias más tradicionales, nos llegan también sobre la buena acogida que ha tenido la propuesta de la Congregación vaticana en muchas parejas que han elogiado el nuevo gesto de la Iglesia, aun sin cambiar la doctrina tradicional sobre el matrimonio. Hace unos meses, a cinco cardenales que preguntaban sobre la la idoneidad de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, el papa les contestaba que la prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición solicitadas por una o varias personas que transmitan una concepción equivocada del matrimonio, y es que cuando se pide una bendición, se está expresando una petición de auxilio a Dios, un ruego para poder vivir mejor.

Recordando que hasta el siglo IV no hubo una intervención normativa de la Iglesia acerca del matrimonio, y que hasta el XII, en tiempos del teólogo Pedro Lombardo, el matrimonio no fue contado entre los siete sacramentos, algunos teólogos y canonistas, como Marciano Vidal, piensan que, si se devuelve el aspecto socio-jurídico del matrimonio, prevalente desde Trento hasta el Vaticano II, al ámbito secular, y se insiste más en la dimensión vivencial del amor conyugal en Cristo, se podría ampliar el significado sacramental cristiano a toda realidad secular que tenga la condición socio jurídica del matrimonio.

Han sido nada menos que los obispos belgas los que han expresado su deseo de un avance mayor y de un una solución más radical que la propuesta de la reciente Declaración pontificia, ya que la Bendición propuesta no equivale a una litúrgica ni se quiere que se lleve a cabo dentro de las uniones civiles, sino en otros contextos más informales. De esa misma opinión es Vidal, quien cree que se precisa una mayor profundización en el concepto de la sacramentalidad del  matrimonio para hallar esas soluciones mejores, más claras y más normales que muchos desean.

Diálogos con la Historia (III)

 

             Biología e Historia

 

              La  historia como fragmento de la biología. Las leyes de esta son las fundamentales de la historia. La vida es competición, pacífica o violenta. Todos competimos, los grupos, los Estados. La cooperación es una forma de competición pacífica, una de las mejores.  

La naturaleza ama la diferencia como material necesario para la selección y la evolución. Todo es diferente, pero todo avanza hacia la unidad y forma parte de ella. Y todo es necesario para la selección y la evolución. Eso nos enseñó Darwin para siempre, mejor lo primero que lo segundo. La desigualdad no es solo es natural e innata, sino que aumenta con la complejidad de la civilización. Libertad e igualdad no coinciden, sino que casi siempre se pelean, a pesar de aparecer siempre juntas en el lema socio-cultural más popular. Y sabemos por experiencia que, en el mejor de los casos, la libertad solo admite una igualdad aproximada en justicia legal y en oportunidades educativas.

Por otra parte, biología quiere decir también reproducción. Está más interesada en las especies que en los individuos y no distingue entre civilización y barbarie. El clérigo inglés anglicano Thomas Robert Malthus, demógrafo y economista, predijo que solo la hambruna, la peste y la guerra librarían al mundo de una superpoblación, mucho más que una hipotética abstención del coito, que se atrevió proponer en un momento de debilidad. Las nuevas tecnologías agrícolas y contraconceptivas refutaron, temporal y parcialmente al menos, a Malthus. Pero, si los católicos, que no son siquiera los del tiempo de los Durant, no han derrotado con sus hijos a la Reforma Protestante, como aquellos sugirieron, lo cierto es que católicos y no católicos de África, Asia y Sudamérica, superpobladas, están poniendo hoy en peligro la supremacía del hombre blanco de Europa, Norteamérica y a los países más ricos, más  tecnificados y menos poblados del mundo.

Diálogos con la Historia (II)

 

La Historia y la Tierra

 

        Sujeta la historia  a la geología y limitada por el clima, está claro que la geografía es la matriz de la historia, su madre nutricia y su severo hogar. Las grandes civilizaciones coinciden con los grandes ríos y con las salidas al mar. Desde la batalla de Salamina (480 a.C.) hasta la derrota de la Armada Invencible (1588), las orillas norte y sur del Mediterráneo fueron los  asentamientos rivales de la supremacía del hombre blanco. Pero a partir de los viajes de Vasco de Gama por Oriente y de Colón por Occidente, terminó la supremacía mediterránea y las naciones atlánticas extendieron su dominio sobre la mitad del mundo: España y Portugal, en primer lugar, y luego Holanda, Inglaterra, Francia…, hasta los Estados Unidos de América de hoy.

A los ríos sucedieron los mares. A los mares, los aires. A la poderosa marina sucedió y multiplicó su poder la aviación. Si la Royal Army hizo posible un día el Imperio Británico, la actual flota aérea norteamericana de hoy, seguida de cerca por la de China y Rusia las hace potencias mundiales.

Y a los aires sucede, lógicamente, el espacio. Aunque parezca solo su prolongación o su totalidad, es mucho más. Es una prolongación del mundo y, en principío, tiene como objetivo nuestro sistema solar dentro del universo. Quien domine el espacio dominará los aires, los mares y toda la Tierra.

Nunca la Geografía estuvo tan hermanada con la Historia.

Domingo Segundo del Tiempo Ordinario

 

La llamada de Pedro

(Jn 1, 15; 1, 35-42; Mc 1, 17)

Estaba Juan al otro lado del Jordán
con dos de sus discípulos, tal vez Felipe y Andrés,
y al ver pasar a Jesús, a quien había bautizado,
les dijo: –Mirad al cordero de Dios.
Este era del que yo dije:
detrás de mí viene un hombre,
que se ha puesto delante de mí,
porque existía antes que yo.

Los  dos discípulos de Juan siguieron a Jesús
y le preguntaron: –Maestro, ¿dónde vives?
Él le respondió: – Venid y veréis.
Y se quedaron con él aquel día.

Andrés, discípulo de Juan y luego de Jesús,
dijo a su hermano Simón: –Hemos encontrado al Mesías,
y le llevó hasta él.
Y Jesús, mirándole, le dijo:
Tú eres Simón, el hijo de Juan.
Tú te llamarás Cefas, (que quiere decir roca).
Poco después todos se juntarán
en el mar de Galilea.

***

Los judíos de la época
solían dar a los niños varones
el nombre de un famoso patriarca o profeta judío,
y a la vez

el nombre de un griego o romano ilustre.
Aquí tal vez al nombre hebreo de Simeón
se añadió el griego de Simón,
y Jesús le agregó el nombre arameo  de Kepa:
– en griego, piedra, Pedro-
roca sobre la que construir una firme defensa
contra los poderes destructivos del pecado y de la muerte,
que atacaban la asamblea del pueblo de Dios
en la lucha final del Bien contra el Mal.
Igual que aquella roca cósmica
que sostuvo firme
el glorioso templo de Jerusalén.
El nombre de Pedro hizo fortuna
por los siglos.

 

 

 

 

En Olite con Javier Corcín

 

               Vengo de pasar la tarde con Javier Corcín Ortigosa, viejo compañero de fatigas culturales y amigo. Ha pasado una etapa difícil en su salud y en la de su familia, pero le he visto tan locuaz, tan entusiasta, tan amigo del futuro como siempre.

Javier es el profesional e intelectual que más sabe de Olite, que más se interesa por Olite, que más ha escrito de Olite, quien más ha organizado en Olite, quien más proyectos tiene acerca de Olite. Y eso que la ciudad regia navarra ha tenido admiradores y estudiosos múltiples, entre ellos mi querido amigo Alejandro Díez, amigo y comilitón de Javier, a quien no se le caía Olite de la boca, estuviera donde estuviera e hiciera lo que hiciera.

Ahora mismo, Javier Corcín, autor de varios libros, folletos y dípticos, además de participar en las numerosas celebraciones de su pueblo, varias de ellas inventadas o cofundadas por él, y su media docena de charlas y conferencias habituales, acaba de enviarme una preciosa síntesis de la formidable creación cooperativa  del gran Victoriano Flamarique, párroco que fue de Santa María de Olite. Y está leyendo libros, o visitando archivos, o comunicándose con los eruditos más variados de dentro y de fuera  sobre la Orden de los Antonianos, desaparecida hace dos siglos, de gran arraigo en toda España y que tuvo en Olite uno de sus centros activos con irradiación en el resto de España y de Europa. Sobre los descendientes de Godofre, bastardo de nuestro rey Carlos III, en España y en América. Sobre el Trienio Liberal en su ciudad. Pero también anda buscando documentación sobre el famoso ciclista oliteño Cañardo, ganador de muchas Voltas a Cataluña y Vueltas a España. Y sobre los Galdiano, que desconocemos casi por completo… El Príncipe de Viana le ha llenado cientos de horas. Y doña Blanca. Y doña Leonor. Y los conventos e iglesias de Olite. ¿Y qué no? 

Después de nuestra velada en la cafetería del Parador, parte del viejo Palacio, huyendo del frío de la Placeta, hemos ido a contemplar la portada gótica, pintada y radiante, de la iglesia de Santa María, que Javier lee como la cartilla, y que con su puntero laser va iluminando como un viejo monje iluminaba en su pupitre el códice que le tocaba: el Antiguo y Nuevo Testamento; los personajes reales; la exposición cuando no explosión vitícola, como no se conoce otra igual, con sus hojas y frutos, con sus animales dañinos, con sus cultivadores; robles, castaños, hiedras, cardos; ángeles y santos, como Francisco de Asís; frailes, cazadores, jugadores de dados; cuadrúpedos, centauros, leones… Todo para mostrar la historia de la salvación divina, que redime al hombre pecador y a la naturaleza dañada.

Y, si no fuera por el frío, aún estaríamos allí.

Diálogos con la Historia (I)

 

                   William (1885-1981) y Ariel (1898-1981) Durant fueron una pareja de historiadores norteamericanos. Will, como se le conoce, escribió en 1917 una Historia de la filosofía, con cuatro millones de ejemplares vendidos. Los dos escribieron después, además de muchas más obras, la célebre Historia de la civilización (1935-1968), en diez volúmenes, publicados en su traducción castellana en muchos más, por la que recibieron el prestigioso premio Pulitzer. Finos defensores de la cultura humana y de los derechos humanos, recibieron en 1977 la Medalla Presidencial de la Libertad.

Hace unas semanas un amigo me regaló un pequeño libro, Lecciones de la Historia: Un recorrido a través de cinco mil años de historia de la humanidad, una sucinta y densa reflexión del matrimonio escritor sobre la historia recogida en su obra magna; una destilación y compendio de la misma, traducida a nuestra lengua el  año 2022, que me va a servir durante los próximos días de inspiración  y guía para tocar diferentes temas de eterna actualidad.

Los autores escribieron hace muchos años que la mayor parte de la historia eran conjeturas y el resto prejuicios. Y que el historiador siempre simplifica demasiado y selecciona apresuradamente una pequeña parte manejable de hechos y rostros entre una multitud de personajes y acontecimientos, cuya plural complejidad nunca puede abarcar o comprobar del todo, y casi nunca ni siquiera en parte.  Y ya sabemos que la historia, que no es una ciencia exacta, sólo puede ser una industria, un arte y una filosofía siempre de manera modesta. La perspectiva total siempre es una ilusión óptica.

No conocemos la historia del hombre en su totalidad, ni mucho menos. A lo largo, a lo ancho, a lo alto y a lo profundo de los siglos. Probablemente, dicen los Durant, hubo muchas civilizaciones antes de la sumeria y la egipcia. Además, la historia siempre rompe nuestras normas y se ríe de nuestras lógicas. Pero, a pesar de todo, es natural, en el poco tiempo que estamos en este mundo, que queramos saber algo de lo que la historia, que es larga y ancha, alta y profunda, pueda enseñarnos sobre la vida, el mundo, nosotros y ellos.

Aunque solo se para aguantarnos nosotros mismos. Y a los que nos rodean.

Más esperpentos

 

Cada mañana nos despertamos con un  nuevo esperpento, según la etimología que infundió al palabrón la ingeniosidad de don Ramón del Valle Inclán.

Ayer, en la sesión del Congreso, celebrado en el Senado, se habló de  alarmas,  acuerdos en la bocina, shoks e infartos entre las fuerzas heterogéneas que apoyan al Gobierno, a la hora, nuevamente, de aprobar decretos-leyes, que sustituyen cada vez más a las leyes presentadas y debatidas en la Cámara.

Total que el habitual mercadorismo y  entreguismo  del Gobierno  volvió, por  quita y daca siete votos, a los nuevos esperpentos de prometer y dar a los separatistas catalanes más dinero para sus pensiones, sus transportes, más todavía para la lengua, amén de pactar, por medio del recoge votos de Bolaños y los diputados de Puigdemont, la política de inmigración, que, siendo facultad exclusiva del Estado, solo puede ser transferida o delegada por ley orgánica, según el célebre artículo 150.2 de la Constitución, de amargo recuerdo. Unos dicen que todas las facultades en la materia, otros que menos. Pero los siete de la fama puigdemontista no votaron a favor, sino que  se abstuvieron, y sin decirlo. Saben que mandan. Saben que chantajean. Saben que pueden hacer ridículo al Gobierno, que, después de hacerle caer, es el mayor de los agravios. Nunca sufrió un ridículo como este.

Y en esas estamos. Hasta su prensa más adicta ve sobre todo precariedad en el Gobierno. Y los demás vemos otro cachito más del Estado, a través del chantaje, cedido a los secesionistas. Y no hemos hecho más que empezar. Pero el imperturbable presidente del Gobierno se ha perturbado esta vez. Y ha perdido una votación solemne junto con su hada, no madrina sino amadrinada, Yolanda Díaz. Y ha asustado a muchos socialistas, que no ven que esto pueda llamarse Gobierno. 

Y esto es ya mucho.

Nicolás Redondo en Pamplona

 

            Hoy hemos tenido la satisfacción de saludar a Nicolás Redondo Terreros, felicitarle por sus muchas actuaciones, y de escucharle, con motivo de la presentación de su libro No me resigno. Populismo, nacionalismo y los retos del socialismo español. La velada estaba organizada por las dinámicas Sociedad Civil Navarra y  la Sociedad Pompaelo.

Le hemos oído y leído, durante los últimos tiempos, tantas veces a Nicolás, que ya somos muchos de nosotros lectores y oyentes habituales suyos, y podemos temer que ya no pueda decirnos nada nuevo. No es así, porque el libro va más lejos que la última  política española. Además, estos encuentros son mucho más que pura información y comunicación: son una celebración, un encuentro festivo, un gesto de agradecimiento, y, sobre todo, un  acto colectivo de afirmación y de reafirmación de nuestros más nobles ideales, que son en este caso los democráticos, los patrióticos y, más concretamente, los constitucionales.

De todo lo que ha dicho el orador de esta tarde, presentado por la  ex socialista parlamentaria y ex alcaldesa navarra, Pilar Aramburo, me ha parecido muy relevante la insistencia en la concordia española tras la guerra civil y la Dictadura franquista, clave de la Transición, entre partidos y militantes distintos, con referencias continuas a su familia, a su partido de entonces, a su singular alianza con el PP en el País Vasco, y con una severa crítica a la última ley de Memoria Democrática, apoyada, además, para colmo, decisivamente, por Bildu.

Redondo Terreros rompió hace mucho tiempo la tradición, casi celo, tan habitual en gente de izquierda, de huir de la coincidencia, del elogio y, más aún, de la relación normal con gente de derecha, a todos los efectos y en todas las circunstancias. Con lo que lleva a la práctica lo que predica con la palabra. Hoy, en su visita a Pamplona y durante la conferencia se ha mostrado muy cercano personalmente a la ex alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola y a su partido UPN, tras la fechoría del PSN en favor de Bildu.

El amplio salón del hotel estaba lleno y los aplausos han saltado al final de la oración política de Redondo, llenos fervor humano.