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El esperpento

 

          Escribí el otro día en DN un artículo, titulado El esperpento, donde recogía una serie de desvíos, dislates y disparates de la política de Pedro Sánchez, con tal de conservar la presidencia del Gobierno, que sólo pueden calificarse de esperpentos en los varios sentidos que da la Academía al palabrón.

Hoy nos despertamos con la noticia de una reunión de verificadores anónimos de los pactos entre los serviles de Sánchez y los serviles de Puigdemont en Ginebra, que decidirán la suerte de la amnistía y, en consecuencia, de la estabilidad del Gobierno recién constituido. ¡Y a esto llama la portavoz del Gobierno  transparencia!

¿Qué mayor expresión de esperpento desean todavía los seguidores de Sánchez? Sin  recordar a Valle Inclán, el presidente Tarradellas dijo aquello de que lo peor que se puede hacer en política es el ridículo. Pues en ello estamos, Por el esperpento, o, más llanamente, por el ridículo acabará esta pesadilla.

Últimos aforismos

 

 

En Moreda de Álava hay un letrero en una plazuela que reza: Plaza Mayor de Manuel Álvarez / Manuel Álvarez  Plaza Mayor. ¿Es ese un letrero bilingüe?  ¿Hay aquí dos lenguas?

 

Si consideramos la nación primordialmente como un sentimiento, tal como la definió solemnemente un día el político español Pedro Sánchez, cualquier cosa, persona o acontecimiento podría ser nación.

 

A la hora de imitar con el movimiento de labios el taco más común entre españoles, más preciso que  vocalizar- gesticular Me gusta la fruta, es vocalizar-gesticular Elijo fruta.

 

El desafío del Sínodo (y VII)

 

                              El teólogo vasco Jesús Martínez Gordo firma en VN el trabajo La sinodalidad `consensuada´´´   o «` vinculante ´ . La Iglesia ´Por qué Alemania va más allá de la propuesta de  Francisco. Gordo distingue cuatro modelos de liderazgo, magisterio y organización eclesial, a la luz del Vaticano II. En primer lugar, el colegial y codecisivo del papa con los obispos, aprobado en el aula conciliar. El unipersonal consultivo, promovido por Pablo VI y reforzado en el postconcilio por Juan Pablo II y Benedicto XVI. El unipersonal consensuado, que está proponiendo y promoviendo el papa Francisco en los últimos Sínodos y sobre todo en este de la  Sinodalidad, que comenzó a escala diocesana en 2021 y que acaba de  terminar el 29 de octubre. Y el cuarto, corresponsable, bautismal y ministerial, y, además, vinculante, estrenado en Alemania y tolerado hasta ahora por el papa Francisco.

Tras un minucioso recorrido por la involutiva y restauracionista relectura posconciliar del magisterio y gobierno de la Iglesia aprobado en la Lumen gentium (la infalibilidad de todo el Pueblo de Dios), el teólogo alavés estudia el propósito del papa Francisco de dar la vuelta a la pirámide a partir  de 2015, en el 50º aniversario de la institución del Sínodo por parte de Pablo VI: El papa no está por sí mismo por encima de la Iglesia, sino dentro de ella como bautizado entre los bautizados y dentro del colegio episcopal, llamado, a la vez. como sucesor del apóstol Pedro, a guiar a la Iglesia de Roma, que preside en el amor todas las Iglesias.

Siguen las constituciones apostólicas del papa actual Episcopalis Communio (2018) y Praedicate Evangelium (2022): Cualquier fiel puede presidir un dicasterio o un organismo…, habida cuenta  de que cada institución curial cumple su misión en virtud de la potestad recibida del Romano Pontífice, en cuyo nombre opera con potestad vicaria en el ejercicio de su munus (autoridad o responsabilidad) primacial.

El 9 de octubre de 2021, en la sesión de apertura del Sínodo  de la Sinodalidad, el secretario general del Sínodo, cardenal maltés Mario Grech, dio la sorpresa al anunciar que el placet de los obispos iba a estar acompañado esta vez del consenso de todas las Iglesias, y que sería convocado de nuevo el Pueblo de Dios para cerrar de esta manera el proceso sinodal.

Lo que se ha aprobado en esta primera sesión del Sínodo, y que he resumido en las seis entregas anteriores, volverá a las diócesis de todo el mundo para ser discutido y tal vez enmendado, y las nuevas sugerencias irán de nuevo a la Secretaría General del Sínodo, a fin de ser llevadas de nuevo al aula sinodal en octubre de 2024, de donde saldrá el Documento final, que será llevado al papa, que podrá firmarlo con todos los sinodales.

La Iglesia alemana, en cambio, ha apostado, ante la frustración de ciertos intentos anteriores, por ese cuarto modelo, que citaba al comienzo, puesto en práctica en estos últimos años  en su Camino Sinodal, fundado en el pueblo de Dios, alimentado con los mismos sacramentos, que  hace  a todos los cristianos iguales y corresponsables, con la diferenciación y complementariedad  de los ministros ordenados, y del cual he hablado en este Cuaderno en varias ocasiones. Este Camino Sinodal tomó en serio la necesidad, lanzada al mundo por Francisco en su Evangelii gaudium (2013) de repensar y poner en marcha una conversión del papado, que podría tener su maduración y su presentación al mundo en un Vaticano III, todavía lejana, pero no tanto. Vinculante, y no solo consensuada, la síntesis del Camino Sinodal de la Iglesia alemana será un adelanto, un estímulo, un apoyo para los que han de preparar, sin tanta prisa y con mayor sosiego, ese futuro Concilio. No es necesario que ocurra escisión alguna:  De la misma manera -escribe Gordo- que en el diálogo ecuménico se está abriendo camino la concepción de la unidad como diversidad reconciliada, es decisivo que dicha concepción de la unidad forme parte de un modelo organizativo como comunión de iglesias diferentes, y, a la vez, articuladas o unidas por la misma fe, expresada en un mismo credo por todos compartido.

Basta ver hoy la diferencia de disciplina  durante siglos, y hoy vigente, entre las Iglesias ortodoxas, anglicanas, protestantes y católicas occidentales y orientales, en lo que a la elección, vida y organización  de sus ministros se refiere, para imaginar qué puede ser en su día la Iglesia cristiana, unida, diversa y universal.

El desafío del Sínodo (VI)

 

           Todos los párrafos de la síntesis del Sínodo han sido aprobados por más del 80% de los votos. El párrafo con más rechazo (hasta 69 sinodales) está relacionado con el acceso de las mujeres al ministerio diaconal. En este apartado está también el segundo punto con más oposición (67 votos), el que llama a continuar investigando el acceso femenino a este ministerio. Otros temas polémicos en la votación son el desarrollo de la teología del ministerio diaconal (61); el celibato del clero (55); la acogida a los sacerdotes secularizados (51), y la invitación a promover un discernimiento teológico y pastoral sobre el tema de la poligamia en África.

Con todo, sobre el celibato obligatorio del clero, el texto incluye una reflexión abierta:  Algunos se preguntan si su adecuación teológica con el ministerio presbiteral debe traducirse necesariamente en la iglesia latina en una obligación disciplinar, sobre todo allí donde los contextos eclesiales y culturales lo hacen más difícil.

Por otro lado, y ya fuera de la síntesis puesta a votación, el Sínodo exhorta a experimentar formas de descentralización, así como a revisar el Código de Derecho Canónico  y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales. También se deja caer la oportunidad de celebrar dos nuevos sínodos: uno dedicado a las Iglesias católicas orientales, y otro ecuménico para estrechar relaciones con las demás confesiones cristianas.

 

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario

 

El juicio final de Jesús

( Mt 25, 31-46)

 

No es una parábola más,
ni solo un dicho parabólico sobre ovejas y cabras.
Es la última profecía mateana de Jesús,
que cierra el quinto discurso del relato
y todo el ministerio público del primer Evangelio.
Carta magna de derechos y deberes del hombre,
como no hay otra en la historia antigua universal.

 

*

El Hijo del Hombre, sentado en su trono de gloria,
circundado de todos sus ángeles,
llama a todos los hombres  de todas las naciones
y los pone, según la costumbre mateana,
a  su izquierda y su derecha.
A derecha, los benditos de su Padre,
para darles la herencia del Reino prometido, 
preparado para ellos desde el alba del mundo.
Porque le dieron en el mundo de comer y de beber,
le acogieron cuando era forastero y, desnudo, le vistieron,
y fueron a verle cuando estuvo enfermo y en la cárcel.
-¿Cuándo -le preguntan- te hicimos todo eso?
-Cuando se lo hicisteis
a  cualquiera de mis hermanos más pequeños.

Y, volviéndose a los puestos a su izquierda:
Apartaos de mi, malditos de mi Padre,
preparado para el diablo y sus ángeles…,
por haber hecho todo lo contrario.

Para aquellos, la vida, que es  eterna.
Para estos, la suerte que ellos mismos eligieron.

*

Jesús, Hijo del Hombre
es el hambriento y el sediento,

el desnudo, el extranjero.
el enfermo, el prisionero universal.
Y a la vez, el que ha venido, al fin, a revertir
la situación de todos ellos para siempre.

 

El desafío del Sínodo (V)

 

 

                   Tras dedicar amplio espacio, como hemos visto, a la mujer y a los prelados (obispos) en la Iglesia, el Sínodo plantea igualmente la necesidad de modificar el lenguaje litúrgico para que  sea más accesible a los fieles, y que las misas  tengan un estilo celebrativo a la altura del don y con auténtica fraternidad. Propone asimismo que se mejore la preparación al sacramento de la Confirmación.

Las propuestas en materia formativa se concentran en la exigencia mejor conocimiento de las enseñanzas del Vaticano II, del magisterio postconciliar y de la Doctrina Social de la Iglesia. Signo de los tiempos es que se recalque que los fundamentos bíblicos y teológicos de la economía integral se integren más explícita y cuidadosamente en la enseñanza, la liturgia y las prácticas de la Iglesia. Se insiste a la vez en que la experiencia del encuentro, de compartir la vida y de servir a los pobres y marginados se convierta en parte integrante de todos los itinerarios de formación ofrecidos por las comunidades cristianas: es una exigencia de la fe, no una opcn. En esta se línea se llama a la Iglesia universal a combatir el racismo y la xenofobia, y a comprometerse en proyectos de integración de los emigrantes.

Acerca de cuestiones de identidad  de género y orientación sexual, el final de la vida, las situaciones matrimoniales difíciles y otras materias delicadas en torno a  la inteligencia artificial, se recomienda sensatamente tomarse tiempo para reflexionar, huyendo de juicios simplificadores, que hieren a las personas y al Cuerpo de la Iglesia,  con una mayor escucha  y respeto a la dignidad de las personas que se sienten marginadas o excluidas de la misma.

El desafío del Sínodo (IV)

        Las propuestas aprobadas por el Sínodo en su primera sesión de 25 días tienen acento: Es urgente garantizar que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisiones y asumir funciones de responsabilidad en el trabajo pastoral y el ministerio. Y ponen como  ejemplo  la necesidad de que haya  mujeres jueces en los procesos canónicos, formadoras en los seminarios  y que se acaben los techos de cristal en los estudios teológicos.

En esta misma línea se insta a reactivar la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado, un compromiso papal, que, tras un primer impulso, se había dejado caer. La denuncia llega también contra los casos de discriminación laboral y de desigualdad de remuneración en el seno de la Iglesia, en particular con respecto a las mujeres consagradas, consideradas con demasiada frecuencia mano de obra barata.  E incluso se sugiere la igualdad de lenguaje para varones y mujeres en textos litúrgicos  y documentos eclesiales, así como la inclusión de una gama de palabras, imágenes e historias, que se inspiren con mayor vitalidad en la experiencia de las mujeres.

Además de las mujeres, los obispos han sido otro los sujetos de estudio del Sínodo. El texto llama a revisar los criterios de selección de los candidatos al episcopado,  para que se equilibre la autoridad del nuncio con la participación de la Conferencia Episcopal y una consulta más amplia al Pueblo de Dios.

Se habla también de la pertinencia  de auditar a los pastores con una verificación regular sobre su estilo de autoridad, la administración financiera de los bienes de la diócesis, el funcionamiento d los órganos de participación y la protección contra cualquier tipo de abuso. Como era de prever, las víctimas de la pederastia, víctimas y supervivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y de conciencia, se llevan un trato aparte, donde la escucha auténtica se califica de elemento fundamental del camino hacia la sanación, el arrepentimiento, la justicia y la reconciliación.

El desafío del Sínodo (III)

 

                    Antes de la conferencia de prensa, tuvo lugar la 21ª  congregación general, presidida por el papa, que agradeció el trabajo de todos. Cerró el turno de intervenciones el cardenal mexicano Carlos Aguiar, uno de los 12 presidentes delegados del Sínodo, quien recordó a san Pablo VI, cuando en pleno Concilio Vaticano II, mediante la encíclica Ecclesiam suam, reivindicó la legitimidad de estos foros consultivos, reflejada en los trabajos del presente Sínodo.

El papa Francisco había intervenido el día 25, en la 18ª congregación general y respondió indirectamente a algunas intervenciones que habían puesto en duda la validez de este Sínodo, al que llegaron a calificar como mera asamblea eclesial, carente de mayor autoridad:

Me  gusta pensar la Iglesia como pueblo fiel de Dios, santo y pecador, pueblo convocado y llamado con la fuerza de las bienaventuranzas y de Mateo 25. (…) Jesús, para su Iglesia, no asumió ninguno de los esquemas políticos de su tiempo: ni fariseos, ni saduceos, ni esenios, ni zelotes. Ninguna `corporación cerrada; simplemente retoma las tradiciones de Israel: `Tú serás mi pueblo y yo seré tu Dios´ . Me gusta pensar la Iglesia como ese pueblo sencillo y humilde que camina en la presencia del Señor, el pueblo fiel de Dios. Este es el sentido de nuestro pueblo fiel. Y digo `pueblo fiel´ para no caer en tantos enfoques y esquemas ideológicos con que es reducida la realidad del pueblo de Dios.

Y citando la Lumen gentium del Vaticano II, recordó que el pueblo fiel no puede no ser infalible in credendo. Porque, si el Magisterio es el encargado de enseñar lo que cree la Santa Madre Iglesia, cuando queremos saber lo que cree la Iglesia hay que ir  al pueblo fiel: Los miembros de la jerarquía venimos de ese pueblo y hemos recibido la fe de ese pueblo, generalmente de nuestras madres y abuelas. ««`Tu madre y tu abuela´, dice Pablo a Timoteo, una fe trasmitida en dialecto femenino, como la Madre de los Macabeos, que les hablaba en dialecto a sus hijos. Y aquí me gusta subrayar que en el santo pueblo de Dios la fe es trasmitida en dialecto y generalmente en dialecto femenino

Y aquí se extendió Francisco sobre la Iglesia como mujer y madre, y sobre las mujeres que son las que mejor la reflejan, porque las mujeres saben esperar, saben descubrir los recursos de la Iglesia, del pueblo fiel, se arriesgan más allá del límite; La Iglesia es femenina, es esposa, es madre.

A sus palabras finales criticas con los  excesos de ciertos ministros que maltratan al pueblo de Dios y desfiguran el rostro de la Iglesia con actitudes machistas y dictatoriales, siguió el revolcón que dio a este mismo clericalismo la hermana colombiana Gloria Liliana Franco: lista de precios de los servicios sacramentales en los despachos parroquiales; sastrerías eclesiásticas de sotanas y sombreros: príncipes de la Iglesia; promociones episcopales; ascensos de carrera: El clericalismo es un látigo, es un azote, es una forma de mundanidad que ensucia y daña el rostro de la esposa del Señor, esclaviza al pueblo fiel de Dios.

El desafío del Sínodo (II)

 

                 Tras la votación de 1.200 modificaciones al texto de la Síntesis de la primera sesión, que terminaba esa tarde del mismo día 28 de octubre, a las nueve y media de la noche salieron a dar cuenta de aquella el secretario general del Sínodo, el cardenal maltés Mario Grech, y el relator sinodal, cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo. Les costó poder hacer entender a muchos periodistas que el método eclesial de reflexión y debate se funda sobre la escucha y el consentimiento: La convergencia de todos en una posición, por la fuerza del Espíritu que mueve los corazones a la adhesión, es el criterio y la medida de la infalibilidad «in credendo» del pueblo santo de Dios. (…) Decisiones apresuradas, afirmaciones partidistas, conclusiones no compartidas son el contrario de la sinodalidad, porque acaban con ralentizar el caminar juntos del pueblo de Dios. En realidad, no es la asamblea la que pueda decidir; su tarea es proponer y, leyendo la Síntesis, se podrá ver que esta tarea ha sido desarrollada debidamente.

Para el tiempo comprendido entre las dos sesiones, el trabajo ya ha sido definido  partiendo de las convergencias alcanzadas: las comunidades serán llamadas a profundizar las cuestiones y las propuestas, combinando discernimiento espiritual, ahondamiento teológico y ejercicio pastoral.

Según el mismo relator, la Síntesis recoge en sus páginas tres dimensiones: 1) la misionera; 2) la exigencia de la formación, porque la sinodalidad es una cultura, una forma de Iglesia, un estilo de vida cristiana, que penetra todos los campos y que no se puede improvisar, y 3) la solidaridad con la humanidad y sus dramas, como las actuales guerras, las emigraciones, el hambre y las muchas catástrofes que llevan a la muerte.

El desafío del Sínodo (I)

 

                             Con una misa en la basílica de San Pedro, el papa Francisco cerró el 29 de octubre la primera de las sesiones del Sínodo de la Sinodalidad, que duró 25 días.  A la que seguirá una segunda vuelta, en otoño del 2024. Diferente a los anteriores, ha sido precedido por una consulta al Pueblo de Dios, que ha durado más dos años y aún no ha concluido y ha incluido a mujeres, que por vez primera han podido hablar en él. Ha sido el acontecimiento más importante después del Concilio Vaticano II. Este intento de una Iglesia no nueva, sino de una Iglesia diversa, llevado a cabo por el papa Francisco no podía dejar de provocar reservas y herir sensibilidades en ciertas gentes tradicionalistas pero alejadas de la genuina tradición creadora y adaptada a los tiempos.

Más de 5.000 fieles se congregaron en la basílica de San Pedro, arropando a 464 padres y madres -por vez primera en la historia-, procedentes de más de 90 países, entre los que se veía a los patriarcas orientales, vestido de blanco,  y sobre todo a las mujeres de los  cinco continentes, vestidos de mujer. Citando al que fue cardenal de Milán, el jesuita Martini, sobre el riesgo de querer controlar a Dios, mencionó también los riesgos de la vanagloria personal, el ansia de éxito, la autoafirmación a toda costa, la avidez del dinero, el carrerismo…, pero también las idolatrías disfrazadas de espiritualidad. Y tuvo pronto presentes a las víctimas de las atrocidades de las guerras, de la emigración, de la soledad y de la pobreza. Y ya casi al final, resumió con emoción las trabajos del Sínodo:

-En esta evocación del Espíritu hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades. Nos hemos puesto a la escucha del Espíritu.  Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras, podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia sinodal y misionera que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de  nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos.

Para terminar diciendo:

-Esta es la Iglesia que estamos llamados a soñar: una Iglesia sierva de todos, sierva de los últimos. Una Iglesia que no exige nunca un ´carnet de buena conducta´, pero que acoge, sirve, ama, perdonas. Una Iglesia de las puertas abiertas, que sea un puerto de misericordia.