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Contra la prostitución en España

 

          A propósito del anteproyecto presentado en las Cortes, que cuenta en prinicpio con los votos del PSOE y del PP, escribe el progresista periodista Antonio Casado que prohibir por ley la prostitución es como prohibir la ley de la gravedad por el Boletínn Oficial del Estado. No sabía yo que tan grave, tan arraigada en la naturaleza de las cosas, tan irreprimible, tan intangible, tan implacable fuera la compra y venta de las mujeres por los varones, o de algunos varones también.

Hace siglos que los argumentos de los contrarios a la proscripción del primer oficio del mundo, como frívolamente suele llamarse, han sido por lo visto tan convincentes, que hasta hace unos años, cuando algunos paises nórdicos dieron el paso audaz, la prostitución ha sido legal, más o menos oculta, más o menos tolerada, pero siempre defendida como mal menor, sin que nunca hayan sido castigados los verdaderos culpables, que son las mafias, los proxenetas y los clientes.

Sabido es que con las solas leyes no cambian las costumbres. Pero pueden ser la mejor  ocasión y la mejor incitación para que cambien. Ya solo el buen ejemplo público que se da en una sociedad democrática al no aceptar como normal y tolerado, como democrático, tal género de esclavitud, de negación radical de la dignidad de la mujer, es sobrado motivo y razón para prohibirla y de castigar a sus más cercanos responsables.

Que luego haya que ser lógicos prohibiendo cualquier publicidad, propaganda, reclamo, anuncio y via directa de/a la prostitución en cualquier forma y manera, en todo lugar y tiempo, es algo que cae por su peso. Y, aunque la cauística será todo un espinoso itinerario jurídico y moral, la empresa total merece la pena, y a ella habría que sumarse todo el conjunto político, social, cultural y moral de la Nación.

La urgencia es mucha. No podemos olvidar que, por una causa o por otra, entre ellas, por ser toda una potencia turística, España está convirtiendose en uno de los países del mundo con mayor presencia y negocio de la prostitución. Triste marca.

Los desperdicios alimentarios

 

        El anteproyecto de ley sobre el desperdicio alimentario, presentado por el Gobierno a las Cortes, es una de las iniciativas sociales que merecen el mayor de los apoyos ciudadanos. Déjense los hosteleros de hacerse las víctimas, porque la ley los menciona, entre otros muchos responsables, pero no como culpables, sino como ejecutores de una nueva y necesaria costumbre de ahorro y aprovechamiento de los alimentos. La actual situación de 31 kilos anuales de desperdicios por habitante es un escándalo. Y todas las excusas y reparos puestos a a la ley son sinrrazones de mal pagador o de perezoso  conciudadano a la altura de nuestro tiempo. El plan que se le exige a cada persona o institución dentro de la cadena alimentaria no puede ser más lógica; primero los clientes de los establecimientos; después los que más necesitan, siguiendo por los animales y los diversos usos industriales.

Como en todas las leyes, mucho dependerá de los agentes encargados de hacerla cumplir, comenzando por distribuidores, dueños de almacenes, tiendas y grandes superficies, bares, restaurantes, servcios de abastecimiento (en inglés, catering)…, amén de alcaldes, concejales, fuerzas del orden… Y, como siempre, serán los padres, ay los padres, o tutores los que deberán, desde los primeros años de los hijos, hacerlos conscientes de la dimensión social de los alimentos, de las comidas, de lo que falta y de lo que sobra. Y con los padres o tutores, sus colegas y continuadores, los maestros, profesores, periodistas, escritores, influyentes… Demasiados, para que las cosas no puedan salir bien.

Sánchez, el tramposo

 

     Ayer, en el Question time del Senado, al presidente Sánchez, tras unas palabas que parecían amables para el senador gallego recién llegado, le salió el orador populista y propagandista que es y, sin contestar a una sola pregunta, respetuosa y actual, que le hizo Feijóo, se dedicó a resumir los logros de su Gobierno y a repetir su curiosa teoría antidemocrática de que la oposición estorba, siempre estorba, dicho tres veces, como en tiempos de Casado. Y cuando su oponente fue todavía más concreto, se presentó como oposición de Estado, le echó en cara su coalición y su consociación con partidos no de Estado, y le pidió coherencia, Sánchez ya no supo qué decir y arremetió, poco fino, echando toda la hez política posible sobre el PP, como en tiempos de Casado, porque ya no sabe hablar de otra manera, porque, sin saber responder a lo que le pedía el senador gallego, mejor preparado que él para la ocasión,  solo quería decir, tramposo, lo que dice siempre, que él es el bueno y la oposición los malos, que él es la justicia social, y los que le estorban la pura  [con t, si se quiere] injusticia.

Los ortodoxos de Ucrania se separan de Moscú

 

             Como ya vimos aquí en su día, una parte importante del Patriarcado Ortodoxo de Kiev  se separó en diciembre de 2018, del de Moscú, liderado por el malhadado patriarca Kirill -monaguillo de Putin, según el papa Francisco-, en forma de Iglesia Autocéfala Ucraniana, pastoreada por el arzobispo Epifany, y se situó bajo la órbita espiritual del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, con el patriarca Bartolomé al frente, del que se había separado mucho antes el Patriarcado de Moscú.

Pero este último 27 de mayo, acaba de separarse del Patriarcado moscovita el hasta ahora oficial Patriarcado Ortodoxo de Kiev, presidido por el patriarca Onufry, que desde el comienzo condenó con vehemencia la invasión rusa. Era algo de prever. Las dos facciones eclesiales ortodoxas ucranianas están ahora en mucho mejores condiciones de entenderse y reunificarse.

Hace solo unos días,  el Consejo de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana llegó a solicitar formalmente al Patriarca Ecuménico que retirara al patriarca ruso Kirill su condición de tal, culpándole de interferir en sus asuntos internos y, lo que es harto peor, de  propagar la herejía de una doctrina etno-racial, basada en la ideología del «mundo ruso». Todo un cismático, en definitiva.

Por las víctimas de los abusos

 

         El organismo nacional, Fiscalía General de Estado, que lidera la ex ministra de Justicia, la mil veces criticada, polémica y malcarada Dolores Delgado, lanzaba, el 19 de mayo, un Informe sin precedentes atacando y ninguneando la investigación del bufete Cremades-Calvo Sotelo, con sus 28 expertos internacionales, encargado por la Conferencia Episcopal Española de investigar los casos de abusos a menores cometidos en el ámbito de la Iglesia Católica: Deben descartarse y considerarse de escasa utilidad las auditorías o investigaciones parciales encomendadas por parte de la iglesia a despachos de juristas privados, donde las víctimas adolecen del espacio seguro donde narrar su vivencia y se les insta a rellenar un formulario donde se refiera a ellas con el término «afectados», según elinforme adelantado por El País.

No parece que la Oficina del Defensor del Pueblo, que regenta Ángel Gabilondo y tiene ese mismo encargo por parte del Gobierno español, haya recibido de buen grado tan intemperante intromisión, propia de la Fiscalía delgadesca, ya que, tras recibir el mismo Informe, ha recordado al Ministerio Fiscal que ya había ordenado, desde hacía meses, a los 17 fiscales superiores de España que le remitiesen los casos abiertos. La misma Fiscalía había confirmado las 68 causas en trámite de investigación por agresiones y abusos sexuales en congregaciones, colegios, parroquias y otras instituciones religiosas, frente a los 15.000 en toda España, vinculadas al ámbito familiar y a otras entidades: colegios públicos, polideportivos, academias…

Por otra parte, el mismo Informe recomendaba la creación de oficinas de atención a las víctimas y la revision de los protocolos de prevención en las instituciones religiosas para facilitar la intervención judicial inmediata, algo que ya se contempla en las Guías de actuación de congregaciones y diócesis.  El equipo de Gabilondo respondió un día después a la Fiscalía que tiene previsto crear una oficina de atención y un buzón electrónico para que las victimas contacten con la institución, para lo que contará con una docena de personas. Ambas medidas ya están por cierto en marcha en todas las diócesis católicas, desde mayo del 2020, por mandato del papa Francisco.

Mientras tanto, El País, vanguardia del progresismo y del antieclesiaslimo, cuando conviene, sigue con su campañita sectaria  -un caso cada día para que la causa no decaiga- olvidándose de los miles de víctimas de abusos en colegios públicos, academias, institutos, universidades, polideportivos, gimnasios… y sobre todo en el  ámbito familiar, donde se dan la mayor parte de tales asquerosos, repugnantes, criminales abusos. Pero es tan fácil, y tan progresista, acusar a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas…. ¡Y tan comprometedor hacerlo a educadores laicos, educadores físicos, responsables de centros deportivos, deportistas, políticos de todos los grados…! ¡Ah, y sobre todos a padres y madres, tíos y tías, abuelos y abuelas, sobre todo algunos y algunas, tan conocidos, tan conocidas…!

 

Espíritu Santo, ven

 

Espíritu Santo
luz.
Espíritu Santo
fuego.
Espíritu Santo
llama.
Espíritu Santo
viento.

Espíritu Santo
vida.
Espíritu Santo
tiento.
Espíritu Santo
alivio.
Espíritu Santo
aliento.

Espíritu Santo,
ven
sobre nuestras tristes almas,
sobre nuestros pobres cuerpos.
Ven
y enriquécenos.

 

 

Entre El Cerco de Aibar, hasta el Puy d´Ull, de Sangüesa (y III)

 

       Buscamos para nuestra comida campestre una mesa de piedra bajo los pinos del parque recreativo y bajo el nido de cigüeñas de la torre estilizada de la  iglesia de Campo Real, un pueblo de colonización de la provincia de Zaragoza, pedanía del municipio de Sos del Rey Católico, cerca de la raya geográfica entre Navarra y Aragón. Campo Real, con una veintena de habitantes, es un breve oasis humano en medio de vastos campos de trigo, cabada, maíz, colza y girasol, con una cosechadora por habitante. Alegrado por árboles ornamentales, plantas y flores.

A media tarde, impropiamente calurosa, como todos estos últimos días de mayo, nos vamos a la cercana Fillera, o Campo Real, o, mejor, Campo Real-Fillera, nombre que evoca una gran ciudad romana, que floreció en los  siglos I y II de nuestra Era, y cerca de donde Armendáriz identificó el castro celtibérico. Conocíamos la zona porque habíamos recorrido gran parte de la terraza alta del término, y habíamos bajado hasta el aforo de agua del río Onsella en términos de Sangüesa, admirando el gran murallón cortado por el río, la espesa vegetación alrededor del cauce y la vasta terraza aluvial a sus pies, que no por nada lleva los nombres de El Regadío y Val del Regadío. Pero no habíamos llegado más allá. Hoy entramos directamente por la senda próxima al Canal de las Bardenas, que nos lleva directamente al Corral de Maria Mola -hoy, un conjunto de naves-, y, pasado el puente del Canal, al mal llamado Corral y bien llamada Casa del Boticario.

Entre estos dos puntos, hoy separados por el Canal y por campos de cereal y un espeso encinar, se encontraron, gracias sobre todo a  las obras profundas del Canal, los restos más importantes de la ciudad romana -tal vez la Arsi, de Ptolomeo-, hoy depositados en el Museo de Zaragoza, en el de Navarra y en varias colecciones particulares de familias propietarias de estas fincas en Sos del Rey Católico: columnas romanas con sus capiteles, capiteles sueltos, fragmentos de frisos, fragmentos de pavimento musivo en estelas blancas y negras, miliarios, sarcófagos romanos y cristianos, cupas y estelas funerarias…, amén de pilares y capiteles procedentes de la iglesia medieval de San Pedro.

La Casa del Boticario es, además de un corral exento y distante, un conjunto compacto de  varias caserías, rodeadas por completo  de parras vírgenes y parrales de uva, con una galería abierta a poniente y patio exterior a levante, y rodeadas de cipreses, árboles frutales y flores. El inmediato solar suroriental parece una especie de museo de piezas romanas al aire libre, entre algunos pequeños árboles: sillares de labra, sillares con guías, depósitos cuadrados y redondos de piedra, tambores de columna, fragmentos de cornisas molduradas, contrapesos de torcularia (prensas) de aceite y vino, y hasta un molino celtibérico de piedra encima de una de ellos. En la leñera junto al patio hay incrustados fragmentos de columna romana y de columna romana acanalada, y algunos epígrafes. En el flanco occidental de la vivienda queda un gran hueco en el suelo, tapado de mala manera con tela negra metálica, que cubre el pavimento de una casa romana, único signo exterior de una reducida y lejana excavación.

Por lo demás, como en tantos lugares de Navarra, ¡ni un solo indicador, y menos un panel que recuerde lo que aqui hubo y anuncie lo que aquí puede haber!

De la aún desconocida ciudad romana sabemos algo por los trabajos y escritos antiguos y modernos del jesuita P. Francisco Escalada, J. Galay, Marcos Pous, Amparo Castiella, Joaquín Lostal, Manuel Martín, Miguel Beltrán, Juan Cruz Labeaga… En el desolado medieval de Fillera –Campo Real, El Real-, Armendáriz identificó un castro celtíbero sobre el escarpe de la alta terraza, que es de por sí la mejor defensa natural, completada por un foso en la parte superior, que hace del solar una prominencia difícil de expugnar. Durante los siglos, el río  ha ido dando  serios lengüetados de tierra, por ende es difícil calcular su superficie y sus dimensiones.

Las ceramicas celtibéricas encontradas nos hablan de una población del Hierro Medio, y donde se refugió más tarde la población medieval, tras la desaparicion de la ciudad fundada por Roma, como lo muestran los últimos restos de la torre defensiva en el sector más occidental del poblado, y las últimas piedras del ábside de la iglesia medieval en el lado opuesto.

Todavía nos da la tarde para refrescarnos en el próximo hotel Yamaguchi y llegarnos, en el primer  tramo de Sangüesa a Javier, al pequeño castro de Puy d´Ull (Puidul) o Puyo del Valle: Ul juxta Sangossa y Ul prop Sangossa, según el Fuero de la misma ciudad.  Reducido de superficie (algo más de 4.000 metros cuadrados), fue también asiento de un poblado medieval (s. XI-XIV). Cuando los habitantes del probable vicus romano, extendido en el llano, lo abandonaron, algunos o muchos de ellos volvieron al lugar má seguro del cerro en los siglos V y VI. Como en Campo Real. Desde el actual y polvoriento Camino de Santiago, asentado sobre la calzada romana, avanzamos por los orillos de un cebadal ya maduro, invadido por la alholba, que nos castiga sobre todo los pies, y ascendemos por el cerrado monte bajo, bancal por bancal, foso tras foso, entre coscojas, enebros, hollagas y endrinos, con alholbas también, hasta los pocos restos antrópicos. ¿Y en este reducido espacio estuvo todo eso que dicen  las fuentes sobre el poblado medieval? Excelente vista sobre el Val d´Onsella y Campo Real, hasta el fortín de piedras altas de Sos y los montes y caminos de Aragón. *

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*Rogelio Taboada, historiador de Sangüesa, me escribe amablemente, cosa que agradezco, que Ull no estaba donde yo digo que está, en lo que los mapas llaman el término de  Cantera Redonda, y añade: Por su parte, Ull ocupaba toda la cuenca norte del río, estando su villa en el cortado norte manteniendo aún en la actualidad el castillo que mandó edificar Sancho el Mayor a inicios del XI aunque en este último lustro ya se ha derrumbdo una parte importante del mismo. Ante el abandono de la villa en siglos posteriores, las dos últimas viviendas habitadas junto a con su iglesia cambiaron de ser «villa» de Ull al simple nominativo de Puy de Ull, o Puidul tal y como figura en el manuscrito que os enseñé en 1798. En dicha referencia señala que tanto Puidul como Santa Eulalia fueron deshabitadas para utilizar a sus vecinos como pobladores del nuevo burgo de Sangüesa tras su construcción. Cita que se confirma de manera solvente en la documentación medieval, compropbando que el señor de Ull en esas fechas, D. Fortún Garcés Cajal, Mayordomo y número dos del Batallador, pese a ser señor de Ull habitaba en un gran y nuevo palacio erigido en la ya mencionada calle Población, siendo uno de tantos pobladores conocidos como » de Ull» en dicho burgo nuevo. Y me adjunta una imagen de satélite para confirmar sus palabras.

Valor educativo de la religión

 

            La socióloga y profesora universitaria norteamericana Ilana Horwits acaba de publicar en los Estados Unidos de América el libro Dios, calificaciones y graduaciones (Oxford Unversity Press, 2022). Es el fruto académico de diez años de trabajo con 3. 290 adolescentes. Según su estudio, el 21% de los mismos, hijos de trabajadores, educados religiosamente, obtienen principamente sobresalientes, mientras en el resto solo los consigue el 9%. La concclusión general es que los jóvenes educados religiosamente tienen el doble de  de oportunidades de obtener un grado universitario.

Estudiando los motivos de tales experiencias, Horwits deduce que la religión impulsa comportamientos altamente reflexivos, serviciales y cooperativos. Chicos y chicas, formados religiosamente, creen que Dios los anima a estudiar y valora que se formen. Uno de cuatro estudiantes tiene una experiencia de Dios, que conforma su modo de sentir y pensar su vida y sus estudios. La religiosidasd no tiene en ellos y ellas un valor meramente devocional, sino crucial para el desarrollo integral de la persona.

La autora llega a la conclusión final de que la religión trabaja en favor de la equidad y de la cooperación social. Por un lado, la religiosidad provoca la movilidad ascendente de la clase trabajadora, induciendo su desarrollo educativo. Por otro lado, orienta eficazmente la parofesionalización de las clases medias altas para ponerse al servicio de la cooperación social y no ceder ante la competitividad ambiciosa.

Luz en la penumbra

 

           Asi se titula la exposición, que tiene como subtítulo: Sanidad y humanitarismo en los conflictos bélicos, que está teniendo lugar durante este primer semestre en el Museo Carlista de Estella, cuyo comisario, artífice y alma es nuestro amigo el médico de Cáseda, escritor e historiador especializado en temas carlistas, Pablo Larraz. Un grupo de amigos tuvimos la suerte de poder recorrerla, paso a paso, hace unas semanas, de su mano maestra. Como si la invasión de Ucrania, su guerra y sus matanzas le hubiera dado mucha mayor actualidad a su ya perenne importancia, la exposición tiene como capítulos sucesivos El rostro del dolor – Una llama en la oscuridad: humanitarismo y ciencia – El hospital de Irache – Las margaritas: la mujer carlista y su incorporación a la sanidad – El hospital Alfonso Carlos – Las comunidades del dolor.

Pablo Larraz ha sabido conjugar un tema capital de la historia universal (primero, segundo y último capítulos) con la historia concreta del carlismo en algunas de sus mejores experiencias (capítulos tercero, cuarto y quinto capítulos), que él tan bien conoce, al haber escrito su tesis doctoral sobre el  hospital Alfonso Carlos. Ni que decir tiene que el comisario ha puesto en acción todo su inmenso archivo, museo y biblioteca carlistas al servicio de la exposición, que ha completado con toda clase de aportaciones de archivos, bibliotecas, fundaciones y museos españoles, así como de muchos propietarios particulares: cuadros, lienzos, litografías, mapas, gráficos, banderas, estandartes, manuscritos, cartas, diarios, libros, daguerrotipos, fotos, periódicos, revistas, panfletos, carteles, rótulos, hojas volantes, objetos sanitarios de todo tipo…

Los cientos de ilustraciones y de objetos expuestos van desde cuadros de la serie goyesca Los desastres de la guerra hasta el Retrato de doña Margarita, de César Muñoz Sola, y desde cartas del P. Benito Menni hasta las fotografías de las enfermeras carlistas o las fotos, siempre las más impactantes, de los requetés heridos en combate o en las camas del hospital Alfonso Carlos de Pamplona.  Sin que falte tampoco el testimonio de la represión en Navarra durante la guerra civil a mano de cobardes y fanáticos incontrolados. Y para que podamos tener una idea o fijar algunos de los muchos recuerdos de los que vimos la exposición, basta echar un vistazo al variadísimo índice de piezas de la misma en el excelente Catálogo editado por el Gobierno de Navarra: el Convenio de Lord Elliot; el catalejo de Zumalacárregui; una lanceta para sangrías; botiquín de campaña del siglo XIX; el libro de difuntos del hospital de la caridad de Lesaka, de 1874; el album del bloqueo de Pamplona; un microscopio Compost Leitz, de 1930…

Los testimonios recogidos en las últimas páginas de médicos, enfermeras, heridos leves y graves del hospital de Pamplona justifican y bendicen, en el sentido bíblico de agradecer, mejor que todo lo mejor que podamos decir cualquiera de nosotros, la utilidad y actualidad (actuar, agere) del hecho de de poner a la vista de todos (ex-posición) la más alta gama de la com-pasión, de la caridad-gratuidad, y del amor-servicio en todos los lugares y tiempos de nuestro mundo y, dentro de él,  la de un movimiento secular como el carlismo entre nosotros, de sus mujeres y de sus militantes, de sus jefes y de sus profesionales, en medio de conflictos tan dolorosos como las  guerras. 

Luz en la penumbra y en la sombra entera. Luz en la oscuridad. Luz que sigue iluminándonos. Y que durará por los siglos.

Las diabluras del nacionalismo étnico

 

         Ya he escrito demasiado de las grandes. Hoy me refiero solo a las pequeñas. En la legisatura pasada, el Gobierno naccionalsita-independentista vasco en Navarra, gracias a la mala cabeza de UPN-PSN, impuso en todos los sitios oficiales el titulo en vascuence-euskara, Nafarroako Gobernua, precediendo siempre al castellano Gobierno de Navarra. Aunque el primero sea un idiioma muy muy minoritario. El Gobierno actual PSN-Geroa Bai-PODEMOS revirtió -una de sus pocas audacias en este campo- la precedencia anterior, como es lógico, pero, en media Navarra, los letreros con las dos lenguas no han cambiado, por aquello de la inercia, la costumbre, la indiferencia o la mala voluntad.

Algo parecido ocurre con los cambios de nombre, del castellano de toda la vida al vascuence-euskara, uno de las obsesiones y diversiones del nacinalismo étnico vasco en todos los campos, desde los nombres de los pueblos, de los montes, de los ríos… a los nombres de cualquier lugar, organismo o institución. En este terreno está casi todo por hacer.

Pongo dos cercanos ejemplos. La Estación de autobuses de Pamplona, la Estación de toda la vida, lleva ahora el nombre de Geltoki, poque al Ayuntamiento anterior, con mayoría también nacionalista-independentista así le pareció. Sin consulta alguno al pueblo, al que dicen servir. Y Geltoki sigue llamándose oficialmente. Mucho peor es que el Museo de Navarra, el Museo de siempre, lleva ahora como pirmer nombre Museoa. Solo poque el Gobierno de la legislatura anterior así lo deseó.

Y yo me pregunto ¿No hay nadie en la vida política navarra que comente, critique, denuncie estas, al parecer, pequeñas tropelías, estas diabluras del nacionalismo étnico, que atentan contra toda lógica, contra toda coherencia y contra toda civil convivencia? ¡Cosas semánticas!, dirán algunos lerdos, que no entienden ni lo que quiere decir semántica ni lo que quiere decir política. Y, no digamos, sus consecuencias, que ni siquiera las ven.