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Efectos de la invasión de Ucrania (III): Replantamiento de la política de Defensa

 

    Tal vez sea el efecto más inmediato y visible. Lo hemos visto incluso traducido en cifras, cuando hemos oído al nuevo canciller alemán declarar su intención de elevar el presupuesto nacional de Defensa del 1 al 2%, tras recibir el contundente reproche en Berlín del presidente del Gobierno polaco. Y poco después de que el presidente del Gobierno español, tan reticente hasta ese momento, declarase lo mismo. ¿No hubo aqui un político llamado Zapatero que, hace pocos años, abogaba por la supresión del Ministerio de Defensa?

Trae su origen la Unión Europea del escarmiento de dos guerras mundiales, del horor, el luto y la destrucción de la Segunda de esas guerras, tras la que se urdió la paz, la reconciliación y la organización de la Democracia europea. De ahí también nació la OTAN, que se encargó de la defensa y seguridad en Europa, mientras todos los países, vencedores y vencidos, todos empobrecidos por la guerra, se dedicaban a la reconstrucción más urgente de su propia existencia. No era cosa de gastar lo que no se tenía en pertrechos de guerra. A la caída de la Unión Soviética (1989), y no solo del muro de Berlín, hasta la OTAN estuvo en la cuerda floja. Parecía que el peligro en Europa había desaparecido y que nun a más tendríamos necesidad de ahorrar en sanidad, educación y ser icios sociales para tener que comprar armamento. Pero los movimientos  y asaltos bélicos de una Federación Rusa, armada y rearmada desde los años noventa,  en Chechenia, Georgia, Siria y Ucrania (Crimea y Donbás), tras su fracaso en Afganistán, nos han ido despertando, demasiado lentamente, de la cómoda modorra en la que estábamos sumidos. Suecia, vecina de Rusia. nos había dado una lección, volviendo a la conscripción militar de su juventud y al rearme de su ejército. Pero no habíamos ido mucho más lejos, olvidando  hasta el siempre ejemplar servicio militar de la Confederación suiza.

Nunca  es tarde si la dicha llega. Pero a la evidencia horrible del nacionalismo terrorista ruso ya llegamos tarde. Ni la OTAN, debilitada por el mandato del nacionalista Trump, estaba preparada para un acontecimiento de este jaez, ni los ejércitos europeos,  a excepción de Gran Bretaña y Francia, tienen el volumen y la preparación que se exige a un verdadero ejército en tiempos de política turbulenta. Ni siquiera el grado de la coordinación militar inter-europea es ssuficiente. Digo todo esto, porque estamos oyendo estos días a expertos militares lamentar la debilidad de nuestras fuerzas de defensa (y seguridad), en número y preparación, en organización y financiación, sabiendo que el presupuesto de los Estados Unidos de América dobla casi ese 2%, siendo este mismo en un punto inferior al de Israel. Comparados con la Federación Rusa, llevamos un retraso de años.

¿Quién está dispuesto a morir por su patria?.se preguntaba anteayer un conocido periodista madrileño. Ya hemos visto que en Ucrania son muchos, tal vez la myoría. Sería difícil encontrar otro caso similar en el resto de Europa. y, aunque parezca que tiene eso poco que ver con la situación del poder militar europeo, lo tiene y mucho. Porque la pregunta vale también para todos los partidos políticos que han gobernado, gobiernan y van a gobernar Europa. Pero dejemos este nuevo para otro día.

Día de la Poesía en Tudela

 

         Ayer, 21 de marzo,  día de la Poesía, coincidió que, invitado por la Sociedad Civil Navarra, presentase yo mi libro Cancionero de la vida contra el terror en el Centro Cultural Lestonac, de Tudela. Lo celebramos nosotros así, recitando y compartiendo los poemas en honor de las víctimas del terrorismo etarra.

Hemos oído el restallar del hacha
    y ha caído otro bosque tras el árbol.
Ha silbado de nuevo la culebra,
silbido de furor, venganza y odio.

Mataremos la sierpe con el hacha
y el hacha enterraremos en el bosque.

Andricain y Oskuain, camino de Javier

 

           Entramos en el concejo de Elorz, pueblo convertido en pueblo – jardin, cercado por tres de sus cuatro costados, y tras pasar por la calle Andricain, tomamos fácilmente el camino que nos lleva al castro de su nombre –El Castillo-, por un lado, y al lugar del viejo despoblado, coto redondo y antiguo señorío, por el otro. Dejamos el coche junto a un almacén, no lejos de una casa con una placa solar en su  tejado y de dos granjas aledañas, cerca de la señal viaria que indica la Sierra de Tajonar y Labiano.  Bajamos hacia el poblado protohistórico, a solo unos cientos de metros.

Pasado el regato, que se precipita desde Oskuain con bastante agua y llena una tanqueta que hace de abrevadero, rodeamos el monte, que tiene la figura de una pirámide irregular, todo él  valado de alambre sin pinchos. Entramos por donde nos parece más fáci y subimos, casi en vertical, hacia la cumbre, de 603 metros de altura, más alta que la del contracastro, situado al sureste. Sobre las laderas, que estuvieron un día parcialmente cultivadas, permanece, como en el castro vecino de Puno, un casquete duro de vegetación -tojos, tomillos, aliagas, enebros y bojes-, que marca la primera defensa o foso del poblado de la Edad del Hierro, del que Armendáriz encontró cerámicas varias, molinos  de mano y percutores. El recinto interior fue destruido por una cantera medieval de piedra arenisca.

No parece que el poblado fuera romanizado. Desde la cumbre, y con ayuda de los catalejos, vemos la estructura de próximo castro de Oskuain, a 700 metros de distancia y a 741 metros de altitud, sobre un far allón de la Sierra de Tajonar. Entre pinos y robles y bajo una espesa vegetación se encuentra la muralla, hoy derrumbe de piedra, de dos metros de anchura y tres de altura. A treinta metros del poblado encontró Armendáriz en una finca cultivada cerámicas celtíberas y molios barquiformes. En 1956, en las fotos aéreas era muy visible la muralla. Hoy solo es visible una choza de cazadores de paloma. Más altoo y con gran potencia de visibilidad no solo sobre el Valle de Elroz, sino también sobre los Valles de Unciti e Izagaondoa, el castro de Oskuain fue coetáneo con el de Andricain, o tal vez su continuación, no lo sabemos. Seguramente sus pobladores dieron vida, siglos después, al señorío de Andricain y primer poblamiento del concejo  de Elorz.

En el pueblo del Santo, una semana después de una Javierada multitudinaria, todo es silencio, solo cortado  por  unas pocas familias y algunos grupos de amigos. Ondea al cierzo de la tarde sobre la torre del homenaje la banderita de los linajes de Javier. La más popular imagen del misionero, abrasado por el fuego de Dios, en su marco gigante, se vuelca  hacia la casa solar, pero él mira al horizonte lejano. Y el torso del peregrino san Juan Pablo II parece  estar percibiendo aún los últimos ecos de la gente en la gran explanada. Se recoge, a la penúltima luz del día, la vieja  iglesita y la vieja casa parroquial del pueblo bajo los cipreses que las guardan. Y unos últimos rayos solares iluminan las peñas rojizas más altas de la Sierra de Leyre.

 

Tercer Domingo de Cuaresma

 

Lc 13, 1-9

 Le hablaron un día a Jesús
de unos galileos que hizo matar Pilatos
mezclando su sangre con la sangre de sus sacrificios:
suceso del que no sabedmos nada por la historia.
Y Jesús les replicó que no eran aquellos
más pecadores que el resto de los galileos.
Que no eran tampoco más culpables
aqellos dieciocho desgraciados,
sobre los que un día desplomóse la torre de Siloé,
otro acontecimiento que desconocemos.
(Aqui Jesús destruye con dos solas frases
el pernicioso mito popular
de que Dios premia a los buenos con sucesos gratos
y castiga a los malos con ingratos sucesos)

No , os lo aseguro,
y, si no os convertís,
todos pereceréis del mismo modo.

Lucas, evangelista, añadió por su cuenta,
lenguaje y estilo,
la parábola de la higuera en la viña.
Tres años después de plantarla,
dijo el amo, impaciente, al criado:
Córtala, ¿para qué ocupar terreno inútilmente?

Pero, más práctico, el criado, respondió:

Déjale un año todavía.
Yo la cuidaré y abonaré.
Tiempo habrá después para cortarla.

Lucas, siempre bondadoso y compasivo,
quiere decir que el buen Dios
quiere  dar tiempo a que los hombes se conviertan,
como quiere el criado
que la higuera dé fruto en adelante.

Efectos de la invasión de Ucrania (II): España y el Sáhara Occidental

 

          Lo cierto es es que, al socaire o al sofuego de la guerra de Ucrania, la casa real de Marruecos ha dado la noticia y ha publicado la carta del presidente del Gobierno de España al rey Mohamed VI dando por buena la propuesta (2007) de este de dar una cierta autonomía, pero nunca la posibilidad de un referéndum a los habitantes del Sáhara Occidental. Con esta decisión de su real pecho el presidente Sánchez rompe con la tradicional postura española, apoyada por todos los partidos españoles, e impulsada por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 1991 y mantenida por el mismo hasta hoy. No solo eso. La decisión de Sánchez termina con una de las banderas internacionales más desplegadas en la reciente historia del PSOE, que es la autodeterminación del Sáhara y el apoyo al Frente Polisario de Liberación. La solución del problema saharaui por medio del acuerdo de una referéndum de autodeterminación al amparo y bajo la tutela de la ONu estaba en el programa socialista electoral de 2019, y quedó confirmado en el último Congreso de Valencia.

¿Qué ha sucedido de verdad a última hora? ¿La presión de Francia, país protector del Reino de Marruecos, como principal potencia colonial que fue, o tambien de Alemania, que con Ángela Merkel se inclinó recientemente por la causa de Mohamed VI? O la de la OTAN – Estados Unidos de América, poderoso amigo de Marruecos, sobre todo desde que el atrabiliario presidente Trump reconoció, pocas horas de abandonar la Casa Blanca, la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, reconocimiento hecho suyo por su sucesor el demócrata Biden? Conociendo como conocemos la creciente influencia de China y Rusia en el Sahel y en toda África Media, no puede cabernos duda alguna.

Pero la presión mayor procede de la política de acoso inmigratorio, llevada a cabo por el rey alauita en la frontera marroquí-española, sobre todo a través de las dos plazas de soberanía, Ceuta y Melilla. (No hay más que leer las declaraciones de los dos presidentes de las dos Ciudades Autónomas, uno del PP y otro de Ciudadanos, aunque expulsado del partido, aliviados por la nueva actitud del Gobierno español). Con esta nueva actitud y actuación, Pedro Sánchez recupera una cierta tranquilidad en el flanco Sur, cuando más agobiante deviene el flanco Norte, verdadera pasarela de refugiados ucranianos hacia nuestro país. ¿Hay Gobierno, hay Nación que pueda resistir esa presión, ese peso, esa gravedad por las dos partes? Pero ¿hasta cuándo podemos fiarnos del monarca islamita? Cuando le convenga, volverá a hacer de las suyas, porque conoce nuestra radical debilidad y su privilegiado papel en el Norte de África. Y Ceuta y Melilla seguirán en el alero.

Por más que, sobre todo los que hemos visitado la miseria y la debilidad de los  saharauis en los campamentos de Tinduf (en la frontera argelina), hayamos conocido de cerca la voracidad y la criminal actuación de Marruecos contra el pueblo que ocupó ilegalmente en 1974, aprovechando la agonía de Franco, nunca hemos visto probable el referéndum propiciado por la ONU, al contar Marruecos con un aplastante ejército frente a la pobre guerrilla del Polisario, sostenido sobre todo por Argelia, y por contar el Régimen autócrata marroquí con el apoyo financiero y militar de USA y de Francia. Por eso, la propuesta de una autonomía, aunque reducida, para el Sáhara se nos hace muy tentadora. Ahora bien, ¿qué significa una cierta autonomía dentro del Reino de Marruecos, un Estado absoluto, una teocracia implacable en manos de un sátrapa? No, Marruecos no es España o It alia. Y, además, ¿de qué nos sirve esa salida política, si es aborrecida por el Polisario, por Argelia, y sobre todo por buena parte del pueblo saharaui? ¿Mayoritaria, minoritaria? ¿Cómo lo sabremos?

Lo que sí sabemos es que el versátil, voluble, desideologizado Sánchez ha tomado la decisión, que sepamos, no solo sin consultarla con Argelia o el Frente Polisario, pero ni siquiera con su propio Gobierno, y menos con la Oposición, que ha visto roto -uno más- el consenso en política internacional. Autocráticamente. Y todo de palabra, sin un Convenio, como exige la Convención de Viena y la misma Constitución española.  Con los mismos argumentos que nosotros repudiamos al dictador ruso. ¿Solo Real Politik contra justicia y derecho, contra normas internacionales, ahora que estamos sufriendo la Real Politik de Putin?

Queda algún cabo más, por ejemplo, el judicial, donde se tramita y dilucida lo ocurrido con la  reciente e irregular venida de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, a un hospital de España… ¿Estará implicado nuestro presidente? Pero no quiero adentrarme en ese berenjenal. Quedan muchos más cabos sueltos, que solo el tiempo nos irá revelando.

Últimos aforismos

 

Si algo cura y sana  el pasado de raíz no es el asco, el desprecio o el olvido, sino el perdón. El perdón a uno mismo y a los otros. Sin vuelta de hoja.

 

El coitocentrismo, tan de moda, nunca lleva al centro. Siempre lleva al mismo extremo.

 

El reto mayor de todo ritual es evitar e impedir la rutina del mismo.

 

 

José Javier Gortari Beiner

 

            Hoy cumpliría 100 años nuestro  amigo José Javier Gortari (1922-2020), a quien dediqué una entrega el día de su muerte. Médico otorrinolaringólogo pamplonés de fama, formado en Madrid, Burdeos, Padua, París y Barcelona; uno de los impulsores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, donde fue profesor durante muchos años; parlamentario foral y concejal del ayuntamiento de Pamplona, en las filas de UPN; alma de la Sociedad Hispano-Alemana del Norte de España…, no vuelvo a citarle aqui por razones biográficas o bibliográficas -que para eso está Wikipedia y otros medios-, sino, porque con motivo de su centenario, me envía su buen amigo Jesús Barrientos desde Alemania una Relación de 26 páginas, en la que José Javier dejó citadas, puntillosamente,  sus muchas actividades públicas principales, como doctor, como otorrino, como socio activo y benemérito de su Sociedad de ORL española, como parlamentario y dirigente de su partido, y sobre todo como concejal, teniente de alcalde y alcalde accidental del ayuntamiento pamplonés. Conocido por muchos como lanzador del cohete de San Fermín en 1997, en el que se puso a bailar tras el grito ritual y original, olvidándose casi de prender la mecha del artefacto, sus rasgos cívicos y populares se cuentan a cientos, en todos las formas de la vida pública: profesión, magisterio, organización, creaciones, reformas, innovaciones, encargos, representaciones, proyectos conseguidos y sin conseguir, viajes incontables, iniciativas, propuestas, visitas, discursos, conversaciones, colaboraciones, incitaciones, animaciones… Y todo con una certera intuición, una sostenida pasión, un entusiasmo ferviente, una elegancia elevada, un humor envidiable, una paciencia activa, un amor sin medida a propios y extraños… Y un navarrismo sencillo, optimista y alegre, que contagiaba a todo aquel que le estuviera próximo.

Su Relación es todo un panorama cercano de casi medio siglo veinte y años posteriores, que bien merece la pena conocerse. Yo acabo de enviársela al actual alcalde de Pamplona, con el deseo de que la conozcan todos sus concejales.

Digo todo esto, porque no solo le conocí en la última etapa de la Sociedad Hispano-Alemana, sino en pleno activismo político, cuando él también sufrió lo suyo -como todo político comprometido-, por ser fiel a ciertos principios y a ciertas idealidades.

Me gustaría mucho que Jesús hiciera accesible al gran público, al menos en una síntesis granada, todo este archivo de ciudadanía dinámica y creadora, cuando tanta necesidad tenemos de talantes como el suyo.

Efectos de la invasión de Ucrania (I): Golpe al secesionismo catalán

 

            Muchos son los efectos de la invasión de Ucrania por las tropas de Putin, y las iremos viendo con detalle durante las próximas semanas. Para empezar, ahí están las cada día más abundantes informaciones sobe las relaciones del cabecilla separatista catalán, Puigdemont, con amigos y colaboradores de Putin, en los que buscaba ayuda económica, política y cultural, y hasta el reconocimiento de la independencia (?) de Cataluña por medio de la República de Armenia.

La guerra que padece Ucrania ha puesto de relieve todo ello, ha iluminado la catadura amoral e inmoral del independetismo catalán, que no se detiene en barras, y lo ha denunciado ante el mundo, que condena muy mayoritoriamente ahora las idas y venidas de Putin y sus oligarcas en todos estos últimos años. Lo que ha abierto también una brecha en las filas del Gobierno catalán, sobre todo tras las declaraciones del diputado de ERC, Gabriel Rufián, que no ha podido menos de condenar las andanzas de sus comilitones independentistas del brazo de los agentes del Kremlin.

La serie continúa y pronto sabremos mucho más sobre las relaciones del separatismo supremacista y xenófobo catalán y el gran nacionalismo imperialista de Putin. Todavía no conocemos las repercursiones de este  escándalo en la opinión secesionista. Y  lo cierto es que, hoy por hoy, por los costos ecconómicos y politicos vistos hasta ahora, el agotamiento de la causa, la mayor madurez de la ciudadanía, la mejor información, la división entre los separatistas, el predominio del secesionismo izquierdista en una sociedad conservadora… las última encuestas ¡no dan más de un 38% de partidarios de la independencia!

40º aniversario del Amejoramiento del Fuero

 

           Hoy, 15 de marzo de 2022, 40º aniversario de la aprobación por el Parlamento Foral del proyecto pactado de Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Regimen Foral de Navarra, si exceptuamos mi artículo-remembranza sobre aquella sesión, el diario foral por excelencia no dedica una sola línea a la efeméride -tampoco otros medios fueristas-, mientras el Gobierno y Parlamento actuales, lo anti-conmemoran, los días 4 y 18 de marzo, con unas Jornadas, organizadas por la minoría autodeterminista y euskadiana de ambos, y encaminadas a reformar, cambiar y anular aquel texto, que ha sido determinante para el progreso y la paz de que gozamos durante todo este tiempo.

¿No es, al menos, para lamentarse y para preguntarse a qué y a quién se debe tal contradicción?

De Puno a El Cerráo (Entre Ezperun y Zabalegui)

 

                Tras unos días mustios y de livianas lluvias, ha vuelto el sol pleno de marzo, acompañado de un cierzo moderado, que hace la mañana muy preprimaveral. La noche pasada, se blanquearon de nieve las crestas de Ízaga y de la Higa. Al final de la mañana vuelven a sus colores habituales.

Pasamos muy cerca de Guerendiáin, en las faldas de la sierra de Alaiz, ese pueblecito-jardín, de donde partimos hacia la cueva de Diablozulo, y la encontramos temporalmente cerrada. El viejo asentamiento de Puno (del latín podium: puyo, pueyo), en un cerro testigo de 100 metros de altura,  es fácil de ver, entre las regatas Xubiko y Talluntxe, en medio de campos horizontales de cereal y sobre el Canal de Navarra, que discurre bajo su flanco norte. Bien visible desde el castro de Tiebas. Se parece más a una pirámide que a un cono invertido. Excepto su casquete, lleco, todo él está cultivado. Menos mal  que los herbales todavía están tiernos y se levantan pronto cuando se pisan. Lo estudió Amparo Castiella en 1999 y encontró cerámicas varias a lo ancho y largo de toda la Edad del Hierro y algunos molinos de mano. Hoy el antiguo poblado es irreconocible y su conservación es casi nula debido al laboreo continuo de toda su superrficie de 17.500 metros cuadrados. Si no fuera por los restos encontrados, dudaríamos de su existencia. Claro que entonces la cima del cerro estaría más amesetada. Desde el oeste y el norte pueden vislumbrarse y adivinarse al mismo tiempo los tres fosos del castro, el último de lo cuales sostiene las grandes obras de cimentación y contención del terreno para la construcción del Canal de Navarra.

El antiguo indicador del concejo de Ezperun nos lleva ahora a una valla que no se puede pasar. Vemos la torrecita de la iglesia medieval, agrandada en el XVI, dedicada a la Purísima Concepción de Santa María, restaurada hace pocos años, según acabo de leer. Y, tras un rodeo, el palacio de cabo de armería, en manos durante siglos de los Santamaría. Lo que se ve bien es el conjunto de granjas. Hoy el despoblado es propiedad de la familia Elizari Redín.

Por debajo del puente del canal, seguimos hacia Torres de Elorz, aquel pueblo rural y tradicional, que nos describió su párroco, el historiador don Javier Larráyoz Zarranz, hermano de nuestro don Martín,  está ahora muy renovado, y con villas ajardinadas, a la vera del río Elorz, separado por la carretera de su poderoso polígono industrial. Subimos  por un carretil a la meseta del Valle, la más rica en cereal de Navarra, junto con la explanada aluvial inferior, que ve pasar tanto al río como al canal, entre Guerendiain y Yárnoz, ya que todo es el Valle de Elorz. En un cabo de la mesetilla está el concejo de Zabalegui, pueblo de apenas 2 km cuadrados de superficie y una cuarentena de  habitantes, donde el caserío rodea un parque central, con olivos rodeados a su vez por unos círculos de narcisos y jacintos, que es cosa de ver. En los extremos oriental y occidental  hay  unas villas ajardinadas y cercadas, las de Levante más recientes que las otras. A su iglesia, también medieval y ampliada en el XVI, peregrinan el segundo día de Pentecostés, los pueblos del Valle, con las cruces parroquiales alzadas y el bandeo de todas las campanas.

Avanzamos por una senda, entre herbales rozagantes, hasta la mitad de la meseta, donde almorzamos, como siempre, al aire cierzo y al sol recconfortante de mediodía, frente a la Higa, y, más cerca, frente a la sierra de Alaiz y los cuatro pueblecitos somontanos de Yárnoz, Otano, Ezperun y Guerendiain, nidos blancuzcos de seres humanos, apiñado cada uno bajo el verde montano  de las hondas quebradas, prietas de vegetación y de leyendas. A nuestra espalda, lucen su caserío compacto, recrecido y embellecido, los concejos más poblados de Zulueta y Elorz; este último se quedó con el nombre del río creador del Valle.

A la tarde, recorremos el castro, llamado El Cerrado o El Cerráo, descubierto por Armendáriz, encima del espolón de terraza, en el extremo sureste de de la mesetilla, a unos cientos de metros del tajante e imponente cortado sobre una de los recodos del río Elorz, cuyos álamos acompañantes ya están verdoyos de primavera. Una larga hilada de endrinos o arañones en flor blanquísima crecen en los límites meridionales del viejo poblado. El primer recinto, de unos 5.000 metros cuadrados, estaría sobre el campo de  colza actual y el segundo, espacio doble reservado para uso ganadero y servicios comunes, hoy inmensa pieza de trigo, ocuparía el resto. Al investigador navarro le sirvieron mucho las fotografías aéreas de 1927 y las posteriores de los años cincuenta para identificar el castro, pues no hay rastro de murallas ni de fosos en la parte noroeste del terreno opuesto al talud, que fue roturado y cultivado desde tiempo inmemorial. Pero el mismo nombre del castro, El Cerrado, indica ya el poblado primitivo, con sus propias  y visibles defensas. Más visible es el pequeño terraplén artificial a media ladera en la parte sur. Por aqui encontró el descubridor del yacimiento unas pocas cerámicas y algunos molinos  propios de todo el período del Hierro. No parece que hublera continuación en tiempos de la presencia romana, aunque cerca, en el término de San Andrés, kilómetro y medio al oeste, hubo un asentamiento romano. Probablemente, sus descendientes fundaron, siglos adelante, los actuales Torres, Zulueta y Elorz.

La visión de todo el Valle, alto y bajo, de Eloz es desde aqui esplendorosa, y evidenrte la buena comunicación con los vecinos castros celtíberos de Castillo de Monreal, El Castillo de Andricáin, Puno, Santo Domingo….