Concierto para violín en Re mayor, de Ludvig van Beethoven. Orquesta de Cámara de Europa. Violinista, Janine Jansen. Una de las piezas más escuchadas y contempladas en mi vida. Emoción hasta las lágrimas. La música pura. La voz del mundo que no tiene voz. La voz de los elementos primigenios arrancada por el arte del hombre de sus entrañas: voz armónica, que él mismo es incapaz de imitar ni de lejos, y tampoco las aves, el agua, el fuego, el aire, la tierra. Voz que traduce mejor que nada el genio del hombre creador, nunca más cerca del Credor. Hoy no sé distinguir movimientos y apenas instrumentos, ni me paro siquiera a evocar al divino Joachim. Todo eso, erudición al fin, estorba y merma la escucha y la fusión. El violín y la orquesta me llevan lejos y alto, donde las palabras no dicen nada.