El Cuerpo de Cristo,
sacramento leve
redondo de pan,
pasa entre la gente.
Muerto por nosotros,
a nosotros vuelve,
con nosotros vive,
con nosotros viene.
Nos dijo en la cena,
antes de su muerte,
que donde estuviéramos
estaría siempre.
Símbolo de gracia,
con color de nieve,
con olor a trigo,
con sabor campestre.
Una vez al año,
y en cortejo alegre,
le hacemos visible,
le hacemos presente.
Presencia divina,
alimento fuerte,
rayo de esperanza
que alumbra al creyente.
El Cuerpo de Cristo,
Sacramento leve
redondo de pan,
pasa entre la gente.