A los pocos días de haber expulsado el presidente socialista del Gobierno balear a todos los miembros de Unio Mallorquina, su socio político, por corruptos, la presidenta del Parlamento de la misma Comunidad -que sucede a la corrupta y corruptora presidenta de honor de UM, forzada a dimitir en medio de un escándalo público-, ha sido elegida… con los votos decisivos del partido en cuestión. Lo que nos confirma, una vez más, que la corrupción, cuando ayuda a mantener o a conquistar un gobierno o da algún rédito semejante, es un medio más de juego político, tan respetable y deseable como otro cualquiera. Y, como los corruptos suelen ser a la vez corruptores, corrompen todavía un poco más, incluida la vida política española.