(Tras las dos profesiones de fe en la Resurrección de Jesús el Cristo, termino con este Credo el Tiempo pascual)
Creo en el cielo de Dios,
que es Dios,
y no en un más allá supramundano,
ni en un cielo metafísico,
ni en un lugar localizado en el espacio,
circuido en el tiempo,
ni en el cielo de los ángeles y los gorriones.
Creo que el cielo de Dios es el reino
de la suma libertad, en continuo, infinito progreso.
Porque amo la vida, porque amo este mundo,
y quiero serle fiel,
no me dejo arrebatar la esperanza en una vida eterna
y resisto la perenne tentación de las fuerzas de la muerte,
el amargo cinismo o la inútil desesperación,
porque busco más justicia y libertad,
más paz y amor, y una vida mucho más plena.
Creo en un Dios eterno.
y, por eterno, venidero y viniente,
heraldo de esperanza, principio y fin de todas las cosas.
Creo en ese Dios, realmente último,
distinto totalmente,
cualitativamente nuevo,
sentido terminante del hombre y del mundo.
Creo en el reino de Dios, dominio y señorío de Dios,
llamado cielo,
ni individualista ni espiritualista,
donde se alabe eternamente a Dios
y se olvide familia, amigos, mundo y universo.
Creo en el cielo, del que nos hablan los Evangelios,
que enseñó Jesus de Nazaret:
árbol de la vida, banquete nupcial,
agua viva, nueva Jerusalén,
armonía, belleza,
comunidad y amor,
por encima de toda experiencia, de todo pensamiento:
lo que el ojo nunca vio ni el oído oyó,
ni hombre alguno pudo imaginar,
preparado por Dios para aquellos que le aman.
Creo en la consumación en Dios del hombre y del mundo.
como vida eterna, justicia perfecta, transcendente amor,
libertad infinita,
definitiva salvación.
Creo que un día seremos liberados de todas nuestras culpas,
liberados de todos nuestros ídolos,
y aceptados por Dios de una vez para siempre .
Creo que aquel día,
la ambigua historia del mundo se hará transparente
y el sentido de esa historia
tendrá la respuesta final que todos esperamos.
Creo que la creación entera
será liberada de la servidumbre de toda corrupción
y tendrá parte en la gloriosa libertad
de los hijos del Padre.
Creo que entonces será Dios todo en todo
y Él nos hará parte en su propia vida
de eterna, ilimitada, infinita plenitud.
Porque de Él y por Él son todas las cosas.
A Él la gloria por los siglos.