*Frente a otras obras suyas más convencionales, en el Busto del pintor Anselmo Guinea, de Nemesio Mogrovejo, un escultor bilbaíno muerto a los 35 años, hay esa energía vital, ese ímpetu transfigurador que sólo el buen arte llega a conseguir. Podemos ignorar, incluso, todo sobre Guinea -el paisano de Nemesio y autor de cuadros de realismo luminoso como Gente: Un puente en Roma o Recuerdos de Capri-, pero por esta escultura sabemos ya que es un creador, un artista, un hombre extraordinario de suyo.
*En Concepto espacial: La espera, de Lucio Fontana, la doble línea oblicua y negra que rasga el espacio central tiene a los dos lados todo el inmenso ámbito blanco de la esperanza.
*Pocas expresiones artísticas más veraces para significar la masa, en sentido orteguiano, que el cuadro La gran muchedumbre, de Antonio Saura: negra confusión, confusa negrura, con algún que otro, breve, espacio blanco.
*Al Pájaro lunar, de Miró, escultura en mármol negro, que vuela en el jardín interior del Reina Sofía, le salen cuernos por todas partes: son los famosos cuernos de la luna.