Desmemoria histórica

Al profesor e historiador Rafael María Sanz de Diego, que conoce mejor que yo el proyecto de ley, llamada de Memoria Histórica, no le parece éste «oportuno ni justo«. Lo considera «parcial»; juzga «innecesarias» las medidas arbitradas, y, además, «inútiles«, a no ser para quienes busquen con la ley los votos de muchos en las próximas elecciones generales y el arrinconamiento del adversario electoral. La verdad es que cuesta creer que a estas alturas de la investigación histórica pueda haber en España políticos normales que concedan nacionalidad española a los voluntarios de las Brigadas Internacionales, enviadas y retiradas por Stalin y por la Internacional Comunista, o se declaren ilegítimos y sin vigencia los tribunales del bando franquista durante la guerra y en los años posteriores, sin mencionar siquiera los aberrantes y crueles tribunales populares de la Repúbllca. Así que los buenos propósitos declarados en el Preámbulo -a saber su última intención-, no se corresponden con el contenido del proyecto, dedicado, como es habitual en el péndulo histórico de nuestra política, a compensar a unas víctimas en detrimento de otras. En cualquier caso, «imponer una visión de la historia (…) es, más bien, propio de regímenes totalitarios«.- Junto a la página del historiador, en el mismo número de la revista Vida Nueva, hay otra página escrita por el director de El Socialista, Joaquín Tagar, que parece contentarse con el evangélico  preámbulo del proyecto de ley. Antes de hacer esa serie de preguntas retóricas en su segundo párrafo, que denota, en la mejor hipótesis, una amplia ignorancia de aquella historia nuestra, debiera haberse preguntado: «¿No es cierto que el Partido Socialista Obrero Español fue el principal responsable de la Constitución sectaria de 1931, que contribuyó como pocos hechos al estallido de la guerra civil? ¿No es cierto que una parte muy importante de la dirección y de la militancia del PSOE estaba preparando y fomentando, ya desde junio de 1933, por todos los medios la insurrección armada, que llamaba revolución proletaria, marxista, antifascista, soviética, etc.? ¿No es cierto que el PSOE, en su conjunto, incluidas algunas de sus faciones más moderadas, fue la primera fuerza responsable del «alzamiento contra el Gobierno constitucional» (como él llama al de julio de 1936), en Asturias y en otras partes de España, el 4 de octubre de 1934? Desmemoria histórica. O asalto tardío, partidista, sectario y revanchista a la serena memoria comunal, tan necesaria en cualquier Nación.