De nuevo, la desolación de oír a políticos y periodistas repetir parecidas, si no las mismas, comunicaciones y declaraciones, que hemos venido sufriendo desde hace más de 30 años. Otra vez la unidad de los demócratas, el atentado contra la democracia y las libertades, la desaparición de ETA… Ibarretxe, vuelve una vez más a superarse a sí mismo y salta con que ETA ha perdido el norte definitivamente. Un periodista reconocido, director de un medio de comunicación, vuelve a la estúpida cantinela de que el crimen no tiene sentido y que no sirve para nada. (¿Y si tuviera algún sentido y sirviera para algo?). Una concejala, en llanto, quiere hacernos creer que Eta vuelve a matar, porque no sabe hacer otra cosa. No puedo más. Siento náuseas cívico-políticas. Una perversión de lenguaje tan patente como ésta, incluso en personas normales y en políticos que se consideran demócratas, expresa una profunda debilidad (intento ser suave) político-moral. En ocasiones así es demasiado fácil entender por qué ETA ha durado tanto tiempo y sigue durando.- Que Dios te dé, Isaías, la paz y la felicidad que tus asesinos te impidieron gozar y completar.