Hoy es un día triste y amargo para mí. Y para muchos españoles amantes de Cataluña. Más, seguramente, para muchos catalanes españoles que viven en tierras catalanas. Si mi fe fuera más ingenua, le pediría al incierto san Jorge, soldado y mártir bizantino, patrono de los ejércitos bizantinos , y titular de mi Creu de Sant Jordi, que sajara con su espada todo mal que encuentre por el camino hacia la batalla de cada día, y que nos llevara a todos a la victoria de todos sobre la mentira, la enemistad, el rencor, el odio y la falta de cordura. Pero no se lo pido. Y porque ese simulacro de consulta, pero a la vez explosión de alejamiento y separación de muchos catalanes de la Espanya gran me parece, además de inútil, injusta sobre todo, sufriré la tristeza y la amargura durante todo este infausto día 9 de noviembre del año de desgracias 2014.