«Discapacitados» capacitadísimos

En el tercer volumen de El largo camino hacia una educación inclusiva: Aportaciones desde la la historia de la educación, que recoge las ponencias y comunicaciones del reciente XV Coloquio de Historia de la Educación, tenido en Pamplona, se dedican unas páginas a la mesa redonda en la que intervinieron, ante la expectación y la emoción de los congresistas, cuatro  personas con discapacidad: Sagrario, Idoia, Andrea y Xabier. Sagrario, de 50 años, que confiesa su discapacidad intelectual, trabaja en montajes eléctricos en un centro de  ANFAS/TASUBINSA,  y cuenta con garbo  y salero sus muchas peripecias escolares y laborales en la vida, sus aficiones musicales, sus vacaciones, sus actuales trabajos de voluntariado muy vario y también sus preocupaciones para el próximo futuro, que también, según ella, agobian a  su madre; su mayor  ilusión: tener mi casa el día de mañana y poderme valer por mi. Idoia tiene 22 años y parálisis cerebral desde su nacimiento; es maestra en educación infantil, estudia psicopedagogía y está presentándose ahora mismo a oposiones de pedagogía terapéutica; nos cuenta que lo pasó mal en el Instituto, donde sufrió rechazos y no pudo tener amigas; por eso es muy sensible a las  muchas facilidades y atenciones que ha venido recbiendo después por parte de muchas personas. Andrea padeció, a los dos años, una enfermedad que afectó a su audición; tras hacer bachillerato y magisterio, con mucha dificultad auditiva, se tituló como  técnica superior en Administración y Finanzas, y  sólo en segundo curso de universidad pudo contar por vez primera con la presencia de una intérprete de lenguaje de signos (LS); le parece que la opción para sordos con más posibilidades son los centros bilingües-biculturales, y cree que una urgente asignatura pendiente es la formación y sensibilización del profesorado en todas las etapas; ella quiere no sólo educar a niños sordos, sino también a una sociedad oyente que durante mucho tiempo se ha hecho la sorda. Xabier, en fin, es ciego de 20 años y ha terminado en la universidad pública de Navarra el segundo curso de licenciatura de Administración y Dirección de empresas, grupo internacional (varias asignaturas en inglés); toca el piano, y ahora mismo disfruta de una beca Erasmus en Paderborn; explica detalladamente las dependencias específicas de los ciegos, y elogia los adelantos técnicos  e institucionales en estos tiempos, como el sistema Braille, la ONCE, el CREENA (centro de recursos de educción especial en Navarra). Los cuatro han ido poniendo de relieve la gratitud debida a quienes han apostado por ellos y confiado en ellos, a veces con nombres y apellidos; a quienes han desarrollado sus potencialidades y capacidades al máximo, han sacado siempre lo mejor que tenían y les han contagiado su esperanza y su ilusión. – ¿Quién se imaginaba todo esto hace sólo unos pocos años? ¿Qué mejor motivo, por muy casero y cercano que parezca, para comenzar el año 2010 con realismo y esperanza a la vez? Esta es la la lotería y los Reyes Magos que necesitamos y deseamos.